5

21 5 15
                                    

Él sonido de una alarma me despierta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Él sonido de una alarma me despierta.

Él cronómetro anuncia que mi tiempo se ha terminado, marcando la doceava hora desde que me desperté la primera vez. Otra vez el miedo me inunda. ¿Ahora qué?.

—Vaya, parece que eres mucho menos listo de lo recordaba.—El sonido de la voz de alguien hablando hace que me sobresalte.

Un hombre, como de mi edad, alto y de apariencia normal.

¿Estoy soñando o en serio estoy viendo a mi secuestrador?.

—Pareces confundido.—Me observa, acercándose al lugar donde estoy sentado y mi instinto me dice que pelee, pero sería inútil, no tengo fuerzas y él se ve como que si las tiene.—¿No me recuerdas, Gabriel?.

—Jamás te he visto en mi vida.—Suelto con rabia. Encuentro las fuerzas para pararme.

—Oh, claro, por si piensas hacer algo estúpido.—Abre la gabardina negra que trae puesta y saca una pistola, acto seguido me apunta con ella.

—Lo siento.—Digo rápidamente, levantando las manos. Evaluó su rostro unos segundos.—Espera, yo sí te he visto.

—Ah, ya era hora.—Sonríe macabramente pero no deja de apuntarme.

—Estabas en el bar, ayer en la noche, eres el barman.—Su sonrisa cambia por una mueca de desagrado.

—¿En serio? ¿Así me recuerdas?.

—No se que más tendría que recordar.—Digo sinceramente con las manos todavía arriba.

—Es gracioso, te recordaba más inteligente.—No me había dado cuenta de que él arma tenía seguro, hasta que lo veo quitarla y volver a apuntarme.—Supongo que debería aclararme antes de matarte.—No respondo porque el miedo que corre por mis venas es demasiado paralizante.—Mi nombre es Will Straut.

Ese nombre. Suena tan conocido. Entonces lo recuerdo, papá tenía un socio que se apellidaba así. Thomas Straut.

—Puedo ver en tu rostro que estas empezando a recordar.—Y yo puedo ver sus ojos la demencia, la locura, eso hace que sienta escalofríos.—Solíamos ser amigos, ¿recuerdas, Gabriel?. Hace como diez años.

Will Straut, el dijo de Thomas, si, lo recuerdo. Esta muy cambiado, lo recuerdo rubio y este chico es castaño.

Will era un niño raro cuando teníamos doce años.

Intentó besarme una vez. Yo respondí empujandolo y diciéndole que era un fenómeno.

¿Por eso me hace esto?, ¿Por qué lo rechace cuando era un niño?.

¿Y si él...?

Estuve dormido mucho tiempo.

Mi estómago se revuelve.

—Se lo que piensas, no te toque mientras dormías, no soy un degenerado.—Dice con rabia.—El ser gay no me hace un fenómeno.

—Will... Yo... Era joven, lo siento...—Balbuceo palabras.

—No estas aquí por eso, Gabriel. Supere eso hace mucho tiempo.—La confusión que siento es tan grande que ya no se que hacer.—¿Recuerdas a mi padre? ¿Thomas Straut?, al que encarcelaron por culpa del hijo de puta de tu padre.

Entonces es eso, quiere vengarse de mi padre.

Cuando Thomas Straut fue a la cárcel, hace como 4 años, yo sabía muy bien que mi padre debería de haberle acompañado. Ambos estaban metidos en negocios ilegales, si mi padre se salvo fue porque confesó y dio el nombre de Thomas, poniéndose él mismo como la víctima, como un rastrero. No tengo idea de que fue de Will cuando su padre fue a la cárcel.

—Will, se que mi padre es una escoria, siempre lo he sabido.—Ríe sarcásticamente.

—Tu padre, me lo ha quitado todo. Cuando mi padre fue a la cárcel lo perdimos todo, estuve casi en la calle por 4 años junto con mi tío, pero hace unos meses, el abogado de mi padre logró que aprobaran su apelación, era muy probable que saliera, que por fin fuera un hombre libre.—La mano con la que me apunta tiembla.—Pero una noche antes, fue apuñalado en su celda sin que ningún guardia lo detuviera, la policía no hizo nada y yo mismo rastre el caso. Fue una orden directa de tu maldito padre.—Escupe.—Me dije a mi mismo que lo mataría, pero luego pensé, eso es demasiado generoso, me quito todo, también voy a quitarle todo, empezando por su odioso hijito.—Sus dedos se colocan el gatillo.

La adrenalina me hace pelear por mi vida, así que intento tirar la pistola saltandole encima.

Solo escucho sirenas de policías antes de que todo se vuelva negro.

12 horas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora