Prefacio

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Y tu amor por mi puede estar,
Al igual que nuestro cielo claro
pero nada asegura que sea verdadero,
Por aquella lluvia de tristeza
que cae sin motivo alguno.
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     La noche se encontraba fría, —oscura de por si—sin un ápice de luz que me dejara ver algo allá afuera. No había nada que mitigara el hecho de estar sola en ésta pequeña y vieja cabaña.

Los acontecimientos que pasaron al rededor de mi estancia en Washington fueron muchísimos, tantos que si me dijeran meses antes que esto podría estar pasando, no lo creería, es más, me reiría en su presencia, diciéndole lo loco y surrealista que sonaba.

Nada era lo que yo creía, esperaba o anhelaba en mis años próximos de vida. Todo siempre fue una trampa, una jugarreta de su parte, y ahora que logro ver con muchísima claridad, me doy cuenta que no llegué a nada en concreto. La mayoría lograron defraudarme, dejandome me rota, con pedazos que no podría construir, con argumentos que pensaba que, así se basaba mi vida, pero que en realidad sólo eran una vil y sucia patraña, una falsa de su parte.

Estar encerrada aquí al menos no era tan malo. Sinceramente estaba prefiriendo encontrarme en éste solitario lugar, que en aquella sucia, mugrienta y ensangrentada celda de metal hecha por el gobierno. Solo los animales eran mi compañía, y la luna que en algunas veces trataba de mostrase por aquella pequeña ranura que había como ventana.

Ha cierta hora llegaba ella a traerme algo de alimento, no tanto como desearía, pero al menos llegaba a ser algo con lo que podría no llegar a morir de hambre. Llegué a confiar en su amistad, su amor por mi, ¡pero todos terminaban traicionandome! Y eso lo aprendí de una muy mala forma.

Ella, la consideraba mi amiga, mi mejor amiga —aparte de Laura — pero vaya fiasco que me logré llevar. Realmente nada de esto era mi culpa, si no de aquel pasado del cual no estaba informada y por el que ahora pago los platos rotos, platos de una familia que definitivamente no conocí, una familia que me abandonó a muy temprana edad.

La consideraba parte de mi mundo, de mi rutina diaria y deseaba formar un futuro junto a ella, pero estaba muy claro que ella no pensaba lo mismo.

En uno de los tantos días aquí —no se exactamente si en pleno cielo oscuro o brillante por la luz del sol— llegó a decirme que:

"Era una de las peores desgracias que le habían mandado como trabajo, que hubiese preferido estar en una laguna con los peores reptiles que con una sangre sucia" o al menos así es como me tenia tachada.

Cada palabra que salia de su boca —provocación de mi parte por saciar mi curiosidadme dejó noqueada. Le adoraba y me daba tristeza recordar aquellos momentos de infinitas risas he historias contadas. No sabía que había sido tan mala amiga, como tampoco el hecho de que me odiara de tal forma por pertenecer a una familia que nunca llegue a conocer.

La poca información que Aaron logró decirme, era que, soy una persona muy importante, y mayormente todo lo que viví fue una completa farsa, nada era verdadero, exceptuando a mi pobre amiga Laura y su esposo, personas que fueron un ángel en mis momentos más difíciles.

Respiré profundo y traté de dormir en lo que me quedaba de madrugada. Muchas veces pensé en escapar, poder ser libre, pero ya esa no era mi faceta, ya eso no formaba parte de mi mundo.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2020 ⏰

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Aaron: Mi amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora