₅ |Noche Cuatro.

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Noche | Cuatro
12:00AM

No hay nota esta noche, solo la vela y un espejo. En las frías tinieblas Jungkook preguntó qué significaba esto. Tal vez no creyeron que debía necesitar de motivación en este momento, por qué ya le habían advertido más de una vez que lo que seguía era más intenso y más peligroso que las noches anteriores. O quizá solo tal vez se habían olvidado de dejar la nota con tantos pendientes en palacio.

Realmente no importaba, porque no necesitaba más advertencias; Sabía a lo que se estaba enfrentando o al menos sabía que no era un juego el cual podía tomarse a la ligera. No cuidaba de un niño, cuidaba de un príncipe poseído y eso ya era una enorme advertencia. Tranquilidad, sin embargo; eso era aquello que justo necesitaba un poquito más.

No contaba ni segundos ni minutos adentro, ya sabía que no tenía esperanza alguna de todas maneras. Él no iba a contenerse esta vez, y el demonio que vivía en él era más fuerte a medida que pasaban las noches.

Se levantó de la cama, se estiró, y desisto. Desvergonzadamente y sin previo aviso, incluso el rubio le habló mientras él caminaba casi en puntas por la habitación.

-He estado pensando en ti -confesó el príncipe Kim, mojándose ligeramente los labios del otro lado de la puerta, mientras sus manos arreglaban hábilmente su atuendo -. Soñé contigo. Fue un buen sueño. No he tenido un buen sueño en... literalmente, años.

Trató de ignorarlo con cada una de las fuerzas que poseía su delicado cuerpo. Su corazón ya estaba golpeando contra su pecho tan violento que comenzaba a doler. La visión de él, cara a cara, los dos en la puerta la noche anterior, su rostro impresionado como si hubiera visto el sol por primera vez en su vida... Kook quería verlo mirarlo así de nuevo. Quería dejar de estar encorvado sobre un espejo, escondiéndose solo en su habitación con nada más que una vela por compañía. Quería pasear con él de la mano por el reino, cabalgar y abrazarlo sin importar el qué.

Su sombra parecía más oscura, con un borde más duro esta noche y por ende más espeluznante. Se preguntó qué podría significar eso y dudaba que fuera algo bueno después de todo Tae tuviera un demonio en su interior que suplicaba por salir. Aun así, se comportó, mirando a Taehyung mientras hacía su rutina de preparar algo de comida y se acurrucaba en su silla para leer.

El príncipe apartó la mitad del platillo que había preparado para esta noche con una expresión de hastío en el rostro.

-No tengo ganas de comer, en realidad. Al menos, no comida -se rió entre dientes. Jungkook se preguntó si se suponía que aquello era un eufemismo -. Y no puedo soportar leyendo pequeñas palabras en una página, no cuando sé que estás ansioso por mí. Pero si me siento afuera de tu puerta tan temprano en la noche, sé que me enviarías lejos. Entonces puedo aguantar por ahora. No tengo que escuchar tu voz todavía. Puedes escuchar la mía.

Y así comenzó la noche más difícil.

Describió sus labios con detalles vivos, trazándolos en el aire como si estuvieran a centímetros de los suyos.

-Pero yo los dejaría para después, como un postre -dijo -. Porque primero tendría que tomarte en mis brazos y besarte la cabeza, la frente y disculparme por todos los problemas que te he causado. Susurrando contra tu piel mientras cierras los ojos y beso tus párpados. Oh, tus pestañas preciosas, sentiría esos aleteos contra mis labios, y me verás sonreír justo antes de besarte la nariz y luego cualquier mejilla. Pero aun así no besaría tus labios, querido. Besaría tu oreja. Podría mordisquear la... oh, sé que te gustaría eso. Hemos cubierto este tema antes. Pero permíteme describirte con mayor detalle cómo mamaría ese suave lóbulo de tu oreja, y podrás sentir mi aliento detrás y sobre tu cuello. ¿Temblarias? Juro que puedo sentirlo.

Los demonios del príncipe | taekook ♡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora