Capítulo 4

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Otra vez viernes por la noche, creo que los viernes es el día más agitado de todos. El día en que la gente dice "Por fin viernes, a desquitarme con unos tragos". Bueno, por lo menos me ayudaba a despejar la mente, desde el lunes que conoci a Thomas me siento más tranquila, más aliviada, ya no preocupo ni por los Rossevelt y mucho menos por Dylan. No lo volveré a ver más.

Mi única preocupación ahora era la tal Lola, o xx, o Frich, eran unoss locos piscópatas. La música en el bar estaba a todo volumen, lo que me hacía tararear las canciones y bailar mientras servía las copas en las mesas. 

-Señorita Williams.- Una voz masculina algo ruda venía de detrás de mí. Me di la vuelta y me encontré con un descomplicado y juvenil Thomas.

-Hola, Thom, ¿Qué te trae por acá?- mi tono era despreocupado, Thomas me caía lo más de bien.

--Sólo pasaba y recordé que me habías dicho que trabajas en este bar y pensé "Pasaré a saludar a mi nueva amiga".- Sonríe y una fila de hermosos dientes alineados ilumina su rostro. No puedo evitar sonrojarme, agradezco que las luces en el bar son oscuras y así Thomas no pueda percibir mis mejillas sonrojadas.

-Pensé que después de 3 días no ibas a recordarme.

-Imposible olvidarme de una joven tan encantadora como tú. Además, me moría de ganas por volverte a ver. 

Ya está, este tío bueno me tiene entre sus manos. Su comentario hace que los calores se me suban hasta la cara y tome un color  rojo intenso, agacho la cabeza para escoder mi vergüenza, justo cuando creí que todo iba de maravilla, aparece Melly con sus incontrolables gritos.

-¡CORY CORY! MIra el tío que ha entrado al bar, es guapísimo y ha venido solo. Lo mejor es que conoce a Anthony y éste me lo ha presentado, joder, que tío más apuesto. Venga vamos a conocerlo.

Miro a Thomas con cara de "Es mi diario vivir con Melly, pero es buena gente".

-Regreso enseguida Thom, no demoro.- Le guiño un ojo y Melly me lleva casi a rastras con ella.

Llegamos a la barra y el "tío apuesto" que conoció Melly está de espaldas, esto me favorece para observarlo. Es alto, delgado pero fuerte, espalda ancha pero no exagerada, y..¡Oh por Dios! tiene buena parte trasera. 

-Hasta ahora te lo apruebo, Melly.- Le digo en un susurro y las dos soltamos una risita.

Nos acercamos al grupo y Melly carraspeó para interrumpir una ruidosa conversación.

-Anthony he traído a mi amiga Cory, para que la conozca este tío. Venga vamos.- Melly era emoción pura transpiraba felicidad y adrenalina.

-Tíos, os he traído a Cory, una  de mis empleadas y la más joven.

Los hombres que estaban allí se voltearon para observarme, las oscuras luces del bar no me dejaba apreciarlos bien, solo sabía que eran 4. Uno muy pequeño, otro demasiado alto, el que seguía era muy gordo, y el último si estaba en su punto, aunque no podía distinguirlo bien. Todos 4 me observaban de pies a  cabeza, era una situación incómoda. Mi traje de mesera consistía en un vestido pegado hasta el muslo y un delantal rojo con zapatillas bajas.

- Cory, mucho gusto, soy Roy, podemos echarnos una escapada hoy, ¿Qué dices, chiquilla?

Este tío si es lanzado, ni loca aceptaría.

-Venga Roy, no seas maleducado, apenas si sabes su nombre, no te pases.- Ese cuarto chico me cayó bien y tenía toda la razón. ¡Qué pasado!

-Joder Dylan, que solo estaba jugando un rato.

Dylan. Ese nombre retumbó en mis oídos como una bomba. Dylan. ¿Se trataría del mismo Dylan? ¡Dios me libre!

-¿Qué es lo que pasa, cariño?.- La voz de Thom me trajo de vuelta a la escena, vi a un Dylan y a un Roy sorprendidos, mirándonos.

-Que no es nada Thom, venga vámonos.

Y me alejé hacia el otro extremo del bar, aunque me quedé hablando con Thom, en mi mente solo se leía una palabra. Dylan. 

Como mi turno en el bar era hasta la media noche, decidí quedarme un rato más pero ésta vez no como empleada sino como cliente. Empecé a disfrutar eso de salir, tomar y bailar. Pasé un rato agradable con Thomas, este tipo cada vez me caía mejor. Cuando todo empezaba a tornarse un poco aburrido, el dj colocó la canción "Bailando" de Enrique Iglesias, un ritmo suave pero movido al mismo tiempo. Thomas me agarró por la cintura y empezamos a bailar. A medida que avanzaba la canción, sentía su cuerpo más pegado al mío, como estaba invadida de licor y alcohol no le presté mucha atención, hasta que de un momento a otro me besa en el cuello y me aprieta el culo.

- ¡Thomas qué te pasa, me has agarrado el culo! -- Me aparto rápidamente de él y le meto un empujón.

-Lo siento Cory, cariño, lo siento. Supongo que es el alcohol,¿perdóname vale?

-Está bien THom, te perdono, pero que no se vuelva a repetir.

Ésta vez el dj colocó una electrónica, no soy mucho de bailar eso así que me senté en la mesa a tomar mi margarita de maracuyá. Thomas se sentó al lado mío y estuvimos hablando de lo bien que la estábamos pasando. Por un momento Dylan se había ido completamente de mis pensamientos, tal vez no debería darme tan mala vida por eso. Mientras yo tomaba mi margarita, Thomas tomaba un shot de tequila, ¡Vaya, que fuerte! Empezamos a discutir acerca de la forma de vestir de algunas jóvenes. Por ejemplo a Thomas no le gustaba que vistieran tan atrevido, con tantos escotes, ni que mostraran mucho. Le gustan más discretas pero sexys. A mime da igual, cada cual es libre de vestirse como quiera.

-Por ejemplo tú Cory, te ves sencillamente caliente con tu vestido de mesera.-- En ese momento Thomas me puso una mano en la rodilla y empezó a subir lentamente hasta casi llegar a mi entrepierna. 

-¡Estás loco tío, déjame en paz! .-- Me levanté de la mesa y empecé a caminar hacia al baño, necesitaba pensar un poco las cosas. De repente siento queThomas me toma por el brazo y me pega a su cuerpo. Volteo a mirarlo y para mi sorpresa no es Thomas, es Dylan.

¿Cómo dejar de amarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora