CAPÍTULO 1

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Muchas personas se preguntan alguna vez si aman más de lo que son amados en medio de una relación. Tratan después de calmarse a base de repetirse que el amor no puede pesarse o medirse. Pero, aunque no se trate de números, nadie ama de la misma manera, y tal cosa es, desgraciadamente, posible.

    Taehyung y Jungkook empezaron amándose con la misma intensidad, pasión y ternura, pero el amor de uno y de otro no tuvieron la misma duración.

    El amor de Jungkook era como la batería de un telefono.

    El de Taehyung, poco menos que eterno.

    Llegó un momento en que Tae ya no pudo ignorar la situación por más tiempo. Jungkook y él llevaban casi dos años compartiendo piso, pero ya nada era como al principio. Jungkook apenas le escuchaba y no le miraba a los ojos cuando hablaban, y rara vez tenía ganas de ir a cualquier parte con él. Antes le deleitaba escucharle respirar y hubiese ido con él a cualquier parte del mundo, se repetía Tae, pero parecía que las cosas habían cambiado drásticamente.

    El problema era que, para él, nada había cambiado. Cada mañana que se despertaba junto a su novio, lo veía todavía más hermoso que el día anterior. Las pocas veces que Jungkook le decía algo, incluso si era un comentario sin importancia, o incluso si le pedía que le pasara la sal, Tae le escuchaba como si de una canción se tratase. Y cuando Jungkook le sonreía a su telefono, a Tae se le resquebrajaba un poco más de ese corazón que ya había entregado, pero no podía evitar pensar que la sonrisa de su chico era preciosa.

     "Su chico"... Tae era consciente de que ya no podría llamarlo así por mucho más tiempo. El tiempo se le estaba acabando, y ya había dejado de engañarse. Y cada vez que recordaba las cosas que Jungkook le decía al principio, o todas las notas llenas de dibujos que solía dejar encima de su mesilla, era un poco peor. Hubiera preferido cualquier otra cosa; una infidelidad o algo que le impidiera perdonar a Jungkook. Hubiera preferido morirse mientras aún se amaban los dos. Hubiera preferido morirse antes de que se muriera lo que el otro chico sentía por él.

    Pero ya no podía hacer nada al respecto.

    Algunos dijeron que fue por orgullo, pero lo cierto es que, cuando Tae decidió romper con Jungkook, lo hizo para evitar que fuese Jungkook quien rompiera con él. No hubiera soportado oír lo que ya sabía. "Ya no te quiero". Hubiese sonado tan seco, incluso en una voz tan dulce como la suya, incluso rodeado de mil excusas, de mil deseos de que le fuera bien, de que encontrara a alguien mejor.

    Tae estaba bastante seguro de que no encontraría a nadie mejor.

    Tae estaba bastante seguro de que las almas gemelas existían, y siguió pensando que Jungkook era la suya mucho después de su ruptura.

    Jungkook se fue a Estados Unidos poco después, pero Tae tampoco podía seguir viviendo en aquel piso. Terminó instalándose con uno de su compañeros en la Universidad de Bellas Artes, un chico poco hablador llamado Yoongi.

    Ni Tae ni Yoongi hubiesen imaginado que acabarían saliendo juntos, y les hubiera resultado imposible decir como habían llegado a sentir algo el uno por el otro.

Por lo menos, Yoongi sentía algo.

Tae era mucho más cariñoso en público, pero Yoongi estaba enamorado de él, y no era algo del todo mutuo. El menor no había pasado página y, dentro de su corazón, todavía estaba escrito un nombre que empezaba con una inicial que no era la de su actual pareja.

    Yoongi lo imaginaba, pero nunca había querido preguntar.

    Tae trataba de convencerse a sí mismo de que podía llegar a sentir algo por su novio. Se sentía fatal, y el evidente enamoramiento de Yoongi hacía que se sintiese el doble de mal ya que, de algún modo, Yoongi se sentía de la misma manera en que se había sentido él en los últimos días de su relación con Jungkook, poco antes de abandonar aquel barco que hacía meses que se hundía.

Unforgettable (KTH + JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora