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Deslizo mi dedo índice sobre mis labios y caigo sobre mis rodillas mojándolas con mis lágrimas, sollozo tan bajo que apenas puedo escucharme. "Lo perdí", pienso.
*
Búscalo, no puedes estar sin él, es todo lo que has anhelado, ruégale si es necesario - dice Valeria enojada.
Jamás hubiera pensado que me dijera eso, ¿no cree que yo puedo estar sola? Yo amo a Edgar pero, ¿rogarle?, por favor que no sea ridícula. Pienso decirle tantas cosas y quiero golpearla.
Eres mi mejor amiga, pero últimamente has estado muy rara, quieres que esté con él y bien sabes lo que me ha herido - me enfurezco y miro hacia sus ojos fijamente tratando de saber qué esconde y me evade la mirada. "Estúpida"
Mira Rubí, nos conocemos desde hace mucho, jamás en tus 17 años de vida había visto que tuvieras un solo pretendiente y ahora tienes novio y estás tan ilusionada y enamorada que me da miedo dejar de verte tan feliz- dice y una lágrima comienza a recorrer su mejilla, me arrepiento de lo que pensé y me atribuyo toda culpa.
Perdona Val, tu sabes cuánto te quiero - digo
Pero tu no sabes cuánto te quiero yo - interrumpe con la voz quebrada, la abrazo y entonces me dejo manipular por sus lágrimas, pongo una sonrisa enorme.
Regresaré con él y hablaremos y todo estará bien, muchas gracias Val, eres la mejor - no creo haber sonado muy convencida, ni yo creí lo que estaba diciendo.
*
Subo corriendo las escaleras con mi mochila y una manzana en la mano.
Hola ma -
¡Hija! Tenemos que hablar, baja a comer -
Ya voy -
Me desvisto lo más rápido que puedo, busco la ropa que encuentro más seductora y no encuentro mis jeans al cuerpo y mis converse.
¿Ma y mis converse? -
Están en la secadora hija, los puse a lavar con tus jeans y algunas otras prendas tuyas, baja pronto por favor-
Bajo al cuarto de lavado y en la secadora encuentro mis converse y mis jeans. Me los pongo ahí mismo y me dirijo hacia el comedor donde se encuentra mi papá.
Hija, mmm... ¿Qué dice Edgar? ¿Siguen siendo novios? - noto que mi papá lo dice nervioso pero ya que siempre comienza a reprocharme sobre Edgar, decido ponerme a la defensiva.
Papá, puedes dejar de molestar tan solo un momento por favor - digo con un tono un poco alto mientras volteo a ver hacia mi mamá ya con los platos.
¡Bueno, me esfuerzo! Pero nunca consigo nada, ¿que más quieres de mí, Rubí? - se levanta de la mesa apoyándose sobre el golpe que le dio con las palmas de sus manos y se va.
Mi mamá deja los platos sobre la mesa y me mira.
¿Qué? ¡Solo me reprocha, y no es de mi agrado!-
No por eso debes de contestar de esa manera - pone su mano sobre su cara - a veces quisiera que fueras diferente..
Pues a veces quisiera que no fueras mi madre - me dolió tanto lo que me dijo tanto como lo que yo le dije, así que salí llorando de mi casa y azoté la puerta. Tomé mi celular y decidí marcarle a Edgar pero entonces pensé que sería mejor llegar de sorpresa y decirle cuánto lo amaba.
Marqué al celular de Val pero no contestó así que luego le podía dar la noticia.

Absurdo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora