querida eme:
he leído cada uno de tus mensajes, y los leeré mil veces más. dime ¿cómo eres capaz? capaz de que sienta tantas ganas de llorar, y que ese llanto sea una gran mezcla entre tristeza y felicidad, felicidad porque sé que al menos a ti te importo, y al menos me lees, aunque te escriba siempre lo mismo, cómo eres capaz de aguantarme tanto.
hacen falta pocas palabras para saber que estás mal, pocos gestos (aunque por desgracia yo de tus gestos no sé mucho). no quiero que te hundas eme, al menos no sola. quiero estar ahí, a tu lado, cuando eso pase, y hundirnos las dos juntas, cada vez más abajo, pero siempre juntas. abrazarte y llorar, llorar hasta quedarnos sin lágrimas (si es eso posible) porque en este momento no hay nada que quiera más que eso, iría hasta allí si pudiera, pero no puedo.
¿por qué vivimos con tantas máscaras? a veces deseo que todo esto termine, ser una persona más de este mundo que es feliz, pero sabemos muy bien que tú y yo no somos así. intento disfrutar mis momentos felices, por pocos que sean.
quiero que me escribas eme, que a través de esto a lo que llamamos palabras puedas ser capaz de escribirme al menos un par de versos, por muy tristes que sean, porque te diré un secreto: las cosas más tristes son las más bonitas. eres bonita eme, mucho más de lo que piensas, sé que no eres tan sólo una letra, eres también siete más.
quiero que seas feliz, que seamos felices, pero no todo en esta mierda de vida es posible. duele, claro que lo hace, pero dime ¿acaso eso es inevitable?