Inquietudes

39 5 2
                                    

De un instante a otro, el ambiente había cambiado mucho, Isabel sin saber que hacer se paró de repente y entre medio de la llamada de zent, le preguntó si estaba bien, a lo cuál respondió

Si, estoy bien, tranquila


Isabel quedó muy confundida, zent estaba llorando, pero había dicho esas palabras con una sonrisa muy feliz en su rostro, lo cuál la hizo pensar que entonces no debería ser nada tan malo como se lo imaginó.
A cabo de algunas preguntas y respuestas por parte de zent en el teléfono, Isabel se quedó pacientemente esperando en la mesa sin interrumpir ni un segundo por lo importante que parecía esa conversación para él.

Zent: -bueno, terminé-

Isabel: mira de repente
-oh.., entonces ¿todo bien?-

Zent: -sisi, perdón por haberte preocupado jaja-

Isabel: -no, tranquilo, actúe sin pensar jsjs-

Zent: -supongo que te preguntarás qué sucedió ¿verdad?-
Dijo entre risas medias tensas

Isabel: se mostró pensativa por unos segundos
(No quisiera ponerlo incómodo con asuntos personales que tal vez no quiera contarme) -no realmente, si está todo bien, no hay problema-

Zent: (¿?) -okey..., Bueno, ¿seguimos con la conversación anterior?-

Isabel: -en realidad, creo que deberíamos ir yéndonos, ya se acerca el horario de cerrar en la heladería, ves-
Le señaló las mesas limpias y las persianas cerrándose

Zent: -¿Que?¿Tanto tiempo estuvimos ya?-

Isabel: -bueno..., Entre lo que conversamos y tu llamada..., Sip jajajaja-

Zent: -uffff, bueno entonces vallamos-

Después de despedirse de los empleados que los habían tratado tan bien, se dirigieron una o dos calles hacía la misma dirección, y se despidieron en un cruce, en el cual tomaban caminos diferentes, ya dándose la vuelta para partir a su casa, Isabel le grita a poca distancia...

Isabel: -¡EYY!-

Zent: se da vuelta preocupado por si se le olvidó algo
-¿Si?-

Isabel: -la próxima me podrías invitar vos jejeje-
Dijo guiñándole el ojo y con una sonrisa que pareciese muy feliz

Zent: (¿porque no me lo esperé de ella?)
Dándose la vuelta para seguir su camino, gritó
  -Si algún día tenés esa suerte, tal vez-

Isabel se dió la vuelta muy animada, y los dos partieron cada uno por su camino hasta sus hogares, pendientes de que en algún momento, deberían terminar esa conversación que empezaron en aquella heladería.

Ya a unas cuantas calles de su casa, esperando a llegar para poner en orden sus acciones y conversaciones, zent comenzó a inquietarse de repente... sentía como si alguien lo observarse, lo cuál lo hizo poner muy incómodo, al punto de mirar hacía vários lados por dónde iba caminando, era de noche, es lógico el miedo, pero la incomodidad es algo diferente en casos así...

Una tormenta en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora