Capítulo I

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La máquina Laplece era el invento más grandioso que haya existido, era increíble que la vida en base a silicio hubiese evolucionado desde seres tan sencillos que solo tenían capacidades básicas como la reproducción y la locomoción, hasta seres tan complejos e inteligentes como los honumas capaces de lograr tal tecnología, sin duda la honumidad había avanzado muchísimo desde la época de Wenton y Teineins, honumas que habían realizado comprensiones del universo radicales y que en cuyas teorías radicaba la ciencia moderna, un universo determinista en el que por medio de la ciencia, obteniendo los datos necesarios se podría predecir desde el clima que haría la próxima semana, hasta comportamientos tan complejos como el de seres inteligentes como los honumas, y ahora usando la poderosísima máquina laplece podrían predecir incluso el destino mismo del universo, sin duda alguna un gran avance desde la predicciones de objetos inanimados como por ejemplo la parábola que describe un balón al ser lanzado y su sitio de aterrizaje que implicaban las antiguas leyes de Wenton gracias a las cuales ya con un mayor avance tecnológico se había logrado salir por primera vez de su planeta Zenón, conquistando dos planetas y ocho satélites de su sistema estelar, los cuales poseían las condiciones más adecuadas y parecidas a su planeta madre Zenon. Tambien habían logrado obtener la energía de las dos estrellas de su sistema solar binario, mediante las construcciónes más gigantescas jamás construida por los honumas, dos estructuras de tamaños estelares que abarcaban la totalidad de la circunferencia de sus dos estrellas enanas rojas que por fortuna les había tocado tener, aunque debido a que son las más comunes del universo, este hecho no es tan fortuito; además estas estrellas son las de mayor duración en todo el universo. Estas estructuras con forma de gigantescos hexágonos unidos por sus ángulos permitía el paso de luz solar no absorbida, la cual era la fuente energética primordial para todos los planetas en su sistema estelar, solo la energía absorbida por los hexágonos era la utilizada para los procesos tecnológicos de la honumidad, la cual tenían garantizada por unos cien mil millones de años, ya que esa es la esperanza de vida de las enanas rojas. Esta tecnología había sido el mayor logro de la cultura de los honumas, llegando a ser imitada en todos los sistemas estelares de su galaxia cuya vida inteligente tuviese la tecnología con la capacidad de ejecutarla; debido a esto no era extraño que los honumas se jactaran de ser la especie más inteligente de todo el universo, y de hecho lo eran. La proeza tecnológica de la malla hexagonal solamente había sido superada en complejidad pero no en tamaño por la maquina leplece. Ahora este poder predictivo que se había alcanzado gracias a la formulación de los honumas de la teoría del todo ya no tenía parangón alguno con esos esbozos de la teoría wentoniana, todo el universo se reduce a materia, espacio y a sus fuerzas, por lo que todo proceso ocurrido en este universo puede ser predicho.

Los honumas podían ser los más inteligentes del universo pero no podían presumir de su belleza, incluso se manejaba en el argot de los viajeros interestelares que un ser podía ser tan inteligente como un honuma o tan bello como los Baris pero nunca ambos. Debido a la gravedad baja de Zenon en comparación con los otros dieciseis planetas de su sistema estelar, la mayoría de la biología de este planeta era más grande y delgada que la mayoría de especies de los otros planetas que tendían a ser robustos y pequeños para poder sobreponerse a su gravedad, la esperanza de vida de los honumas antes de modificar su código genético y así evitar el envejecimiento era de 60 años, por lo que podían competir en esperanza de vida con la vida de del planeta Lera que por orbitar un agujero negro el cual provoca una distorsión temporal en el planeta produciendo que la esperanza de vida en algunos seres podía llegar a un milenio desde la perspectiva de otro planeta alejado del agujero negro, pero para la perspectiva en Lera seria como el promedio de vida de cualquier otro ser de otro planeta. Los Honumas eran altos llegando a medir tres metros en promedio, más altos que la mayoría de los seres de su planeta, eran delgados, tenían seis extremidades inferiores que utilizaban para la locomoción y cuatro superiores que utilizaban para la manipulación de su entorno, a diferencia de la mayoría de la vida compleja en Zenon la cual poseía diez extremidades destinadas todas a la locomoción, claro a excepción de muchas especies que así como los Honumas utilizaban algunas de estas para la manipulación del entorno; esta liberación de las extremidades hizo que los honumas se irguieran, luego estas extremidades pasaron a ser superiores y las otras seis a ser las inferiores; aunque millones de años atrás los honumas también compartían el hecho de usar todas sus extremidades para la locomocion, la selección natural hizo lo suyo y los diferencio del resto seleccionando cuatro de estas extremidades con las cuales después conquistaron el universo, por supuesto debido también principalmente a su órgano ejecutivo localizado en su extremo superior cubierto por una protuberancia ovoidal, el cual representaba un tercio de su tamaño corporal, sobre el cual tenían el orificio para la introducción de alimento, y a cada lado de esta protuberancia que cubria el órgano ejecutivo una abertura angosta pero alargada por la que respiraban y que también les servía como aparato de fonación y comunicacion; también sobre esta protuberancia en la parte más alta (para tener un mejor panorama) estaba su único ojo el cual era diminuto debido a la intensidad luminosa excesiva de Zenon, lo que contrastaba sobre todo con los planetas con orbitas distantes a las dos estrellas, en los cuales la criaturas solian tener un par o muchos pares de ojos debido a la poca luz. La característica más evidente que compartían los seres de Zenon además del número de extremidades en los seres superiores, era el característico exoesqueleto de todos sus seres, el cual cubría cada parte de su cuerpo y en la mayoría era de color blanco. Este exoesqueleto protegía a la mayoría de estos seres de la radiación proveniente de sus dos estrellas, y el color blanco era para reflejar la mayoría de la luz y también para evitar el calor excesivo producto de la energía estelar.

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