Capítulo 04

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Una carcajada se hizo presente por parte de Layla y Adrián la mira perplejo. En un momento ella estaba tan sorprendida y en otro se reía tan descaradamente. 

—¡Buena jugada! —exclamó mientras su cuerpo se sacudía por la risa.

—¿Pero, qué rayos? —pregunto confundido. 

Layla controla su respiración y dirige su mirada al chico qué no dejaba de observarle atónito.

Esa situación le había tomado por sorpresa. Ella no le recordaba, pero por su acción... su curiosidad se hizo algo presente por él. Además, se preguntaba que habría pasado estos siete años. Parecía que todo el mundo le tomaban por otra persona, ya que las reacciones de sus supuestos amigos eran confundidos. Fue ahí que se preguntaba como era posible en casi sus 23 años de edad aun tuviera poca experiencia en el ámbito sexual. ¿Qué clase de chica era ante los demás? 

Ella tocó sus labios con cierta insinuación y mirando descaradamente a Adrián sin dejar de sonreírle. Y parte de él su asombro se hizo presente. 

Layla había comenzado con su juego.

—Dime... ¿Qué fue lo que me enseñaste? 

Adrián no podía creer su cambio de personalidad, normalmente reaccionaría de otra forma. Se habría puesto nerviosa y hubiera recibido un golpe por su parte. Pero ella era totalmente diferente... de alguna forma le gustaba la chica actual. Él estaba consciente de su provocación y estaba dispuesto seguir. 

Se acerca una vez más a ella con la intención de besarle y no se mueve, a cambio su sonrisa se amplia. 

—¿Porqué no mejor te lo demuestro? 

—¿Demostrar qué, Adrián? —al escuchar aquella voz severa en sus espaldas retrocede como relámpago y se encuentra con la mirada ceñuda del señor Zárate.

—Profesor... buenas tardes —la voz de Adrián sonó nervioso y decidió no mirarle a los ojos. 

—Hola Abuelo —Layla estaba más que tranquila, mostrando una sonrisa y esta vez verdadera.

Sr. Zárate se acerca a su nieta depositando un beso en su frente de Layla y ella le devuelve con una beso en la mejilla y un abrazo.

Cuando Adrián les conoció a ambos, Layla solía decirle "padre" a su profesor en la cual pensó que eran padre e hija, pero ellos habían afirmado ser solo cercanos e inclusive Layla le había dicho sus apellidos y eran diferentes. Y con todo lo sucedido se dio cuenta que en realidad eran familia. Según su profesor Layla no quería tratos especiales por ser la nieta de un docente reconocido de la universidad.

—Te tardaste mucho... pensé que no vendrías —dijo Layla con añoranza y con un puchero en sus labios. Luego soltó el abrazo y dejo un par de manos unidas.

—Culpemos al tráfico... —se limitó a decir su abuelo—  no te dejaría sola ni un solo día. 

Adrián la vio sonreír de forma genuina, como antes. Y su profesor le dirige toda su atención a él. 

—Y bien... ¿que le vas mostrar a mi nieta?  —dice su profesor.

—Si... ¿qué me ibas demostrar, Adrián? —Layla sonrió con cierto brillo en sus ojos y sonrió con malicia. Y él entendió... la había tendido una trampa. 

—En realidad... solo quería demostrarle que no soy ingrato —Layla rodó los ojos por su argumento poco convincente. Él saco su celular y vio la hora— Bueno es algo tarde para mí. Tengo que irme. Profe... —extiende su mano para despedirse y este le recibe. E intenta acercarse a Layla pero su abuelo no se mueve —Adiós Layla —dice despidiéndose de lejos sacudiendo la mano. 

MI LADO BUENO, MI LADO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora