The Fallen Prince (DxD)

Prólogo.

Hace mucho tiempo...

Mucho antes de la famosa guerra entre las grandes facciones bíblicas...

Yamata, el Dios de los Demonios, el primer Demonio que pisó el Omniverso donde todos residían.

Hermanastro menor del Dios entre Dioses, Izanagi, hijo del Rey Escarlata y la Sacerdotisa de la Vida.

Yamata tenia 72 hijos demonios.

Esto dio inicio a una pequeña leyenda para quienes conocían la existencia de este ser increíblemente poderoso.

Se dice que Yamata llegó un día al mundo, en el que Elohim aún gobernaba con Lucifer sin ser Lucifer. Este junto a 7 de sus hermanos, ángeles creados por Yahvé, siendo dotados con grandes capacidades como él.

Se hartaron de ver como su creador hacia lo que quisiera por donde se plazca.

En primera, los ángeles no podían decir nada. La palabra de Elohim era la ley, no tenían libre albedrío, si hacían algo, por más mínimo que sea, tenían que primero notificarlo al 'Padre'.

Pero la gota rebalsó el vaso fue cuando dio vida a su mayor "creación": el hombre.

No solo le dio el mejor lugar en el cielo, el Edén, sino que también les dio a esos tres algo que a ellos no les dio: libre albedrío.

Lucifer, Beelzebú, Asmodeus, Leviatán, Amón, Belphegor, Mammon y Samael, enfurecieron y decidieron ir en contra de su creador.

Esto llamó la atención del Dios de los Demonios, quién por una vez en su eterna vida, decidió ser bueno con el prójimo y se presentó ante los siete ángeles.

"He visto su desesperación y yo me estoy aburriendo, así que les propongo algo.

Yo les doy el poder y ustedes me divierten. Quiero ver hasta donde llegan con esto"

Y así se cumplió.

Samael uso el nuevo poder que le dio Yamata y se convirtió en la serpiente que tentó a Adán y Eva.

Este cayó, sus alas blancas se volvieron negras y Elohim le castigó, su sangre ahora era capaz de matar a cualquier tipo de reptil y fue encerrado en un espacio apartado de todos.

Pero el sacrificio no fue en vano, Samael plantó la primera semilla que incitó a varios ángeles en rebelarse contra el creador.

El resto es una historia conocida por todos (o casi todos).

Los ángeles cayeron junto a sus hermanos, 1/3 del Cielo fue a parar al Infierno como los primeros ángeles caídos quienes no mucho después fundaron Grigori con Azazel a la cabeza.

El ser humano volvió a habitar la tierra gracias a los hijos mayores que Adán y Eva tuvieron antes que Caín y Abel.

Y entonces, Yamata volvió por allá en el año 10.000 antes de Cristo a visitar a sus ayudantes y objetos de entretenimiento.

Sonrió al ver lo que habían logrado, no estaba mal para ellos quienes apenas se acostumbraban a sus nuevos poderes.

Pero ocurría un detalle, eran llamados demonios pero allí no habian demonios como tal así que decidió tomar cartas en el asunto.

No mucho después Yamata llegó con 72 seres, sus 72 hijos, 72 demonios en toda regla. Varios machos y hembras.

Usaron a 72 humanos y los 72 demonios tomaron formas humanoides y procrearon entre sí, dando nacimiento a los primeros líderes de los clanes demoníacos de ese mundo.

Irónicamente, los demonios proclamaban su pureza y eran mestizos, no presentaban mucho gen humano, pero sí lo tenían...

Dejando esto de lado, nos enfocaremos en uno de los pilares demoníacos.

Uno de los 7 príncipes que gobierna en el inframundo El príncipe Mammón.

Comandando sus dominios en el inframundo creo un imperio, tenía una gran fuerza militar, sin duda un muy fuerte imperio.

Pero un día sucedió algo que cambió por completo la historia del imperio de Mammón.

Un simple nombre que era capaz de hacer que los más valientes sintieran temor con solo nombrarlo.

Su nombre era... Trihexa.

Un ser que posee una apariencia compuesta por diferentes razas como un dragón, oso, león, leopardo, entre muchas más.

Tiene 7 cabezas con 10 cuernos, 7 cuellos, 7 colas largas y gruesas de diferentes formas, 4 robustos brazos y un par de piernas aun mas grandes que estos. Su torso es el de un primate inclinado hacia delante, cubierto por un grueso pelaje negro junto a escamas de dragón.

Su tamaño es significativamente superior al del Gran emperador dragon rojo, por lo que mide varios cientos de metros, siendo así un ser con un poder abrumador.

Simplemente...El Caos, por donde sea su andar solo existe la destrucción, un ser que trae consigo la catástrofe.

Y así, sin avisar como si fuera una sorpresa apareció muy cerca de los dominios del Principe Mammón.

Este no sabía que hacer,su imperio peligraba por la llegada de aquella bestia en un intento desesperado, convocó a gran parte de su fuerza militar para así lograr poder hacer que la bestia retome su camino por otro sendero.

El príncipe Mammón era consciente que ni con su fuerza militar comandada por el mismo sería capaz de tener oportunidad contra aquella abominable creatura, pero aún así lo intentó, todo sea por sus dominios y su imperio.

Pero sucedió algo que nadie se esperaba.

Aquella creatura soltó una risa macabra que retumbó por todo el lugar asustando a más de uno, y con su risa malévola se alejo de los dominios del príncipe hasta desaparecer en la lejanía.

Mammón no lo podía creer, aquella mítica creatura les había perdonado la vida, quizás para contar leyendas o para propagar el temor, pero estaban vivos y eso era lo importante.

Mammón estuvo agradecido con la bestia ya que perdono la vida de su imperio y por omenage decidió llamarlo.

Imperio Trihexa.

Al pasar de los años llegó la gran guerra entre facciones y Mammón y muchos pilares más perecieron en batalla.

Así dejando muy pocos demonios de sangre pura, por la descendencia de Mammón muy pocos de la rama principal, descendientes directos del príncipe, sobrevivieron y tuvieron que dispersarse y por ello el imperio Trihexa calló.

Y por concecuencia la pureza de la sangre de los descendientes del príncipe iría disminuyendo, hasta que en la actualidad queden muy pocos descendientes del Príncipe Mammón.

Está es la historia de uno de esos pocos sobrevivientes, un demonio descendiente directo de Mammón.

Esta es la historia.

La historia de...

El Principe Caído.
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Notas:

Credits:Eien no hiryu.