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Las peleas disminuyen drásticamente. Y no, no se debe a que Chanyeol y Baekhyun se volvieron increíblemente cercanos que, por eventualidad, sus hijos también lo hicieron.

En realidad, pasó algo como esto:

—Mantente alejada de Yeonjun.

—No te acerques a Sarang.

Yixing puede ver los progresos de su esfuerzo cuando ambos niños permanecen en esquinas opuestas, ignorando la existencia del contrario.

Y aunque puede tener una vida en paz de ahora en adelante, esto no es lo que buscaba.





























El día de la fiesta de cumpleaños, Chanyeol y Sarang se presentan sin haber sido invitados, especialmente porque ninguno de los adultos habló del asunto. Chanyeol asumió el silencio de Baekhyun como que no había necesidad de tal cosa, ya que Yixing no había vuelto a citarlos desde que sus niños se distanciaron.

Sin embargo, le prometió a Sarang que se disculparían adecuadamente.

—¿Es aquí? —pregunta para sí mismo, revisando en su teléfono el mapa que le indica la dirección que le envió Yixing. El edificio le da mala espina, así que se sostiene de la mano de su hija.

—E-estoy aquí, Sarang, no temas...

—No tengo miedo —dice ella apretando su mano y caminando por delante de Chanyeol para buscar el número de la casa.

—Parece que es aquí.

—Entremos —dice Sarang al ver que su papá se ha quedado congelado. Ella se aventura a golpear con sus manitas lo suficientemente fuerte para que alguien abra la puerta después de unos instantes.

Los ojos asombrado de Baekhyun les reciben. Parece que no había estado esperando ninguna visita, mucho menos a ellos, porque por primera vez Chanyeol capta una expresión que no es hosca. En su lugar, se asoma una confusión en esos ojos que Chanyeol creería inocentes. Ve sus labios abrirse con incredulidad, pero al siguiente segundo su postura defensiva regresa.

—¿Qué hacen aquí?

—Vinimos a la fiesta de Yeonjun. Gracias por invitarnos, por cierto.

—No hay ninguna fiesta.

—Traje un regalo —irrumpe Sarang suavemente; realmente no le importa dejar el regalo en la basura e irse, pero porque está hablando con un adulto se pone tímida.

—Oh, bueno —dice Baekhyun con torpeza, no sabiendo cómo dirigirse a ella—. Lo siento, dulzura, pero no hay ninguna fiesta de cumpleaños.

—¿Cumpleaños de Yeonjun? —pregunta Sarang, queriendo asomarse por el estrecho espacio de la puerta, pero el adulto se lo imposibilita.

—No quiero ser grosero, pero es mejor que se vayan.

Chanyeol resopla. —Solo déjanos pasar. Sarang trajo un regalo para él, ¿no es eso un gran paso? —susurra cerca de él para que la pequeña no escuche.

—Sí, seguro que tú le ordenaste hacerlo.

—La incentivé. Jamás la obligaría a algo.

Se miran por extensos segundos en confrontación. Por instinto Baekhyun se endereza, mientras Chanyeol hace crujir sus nudillos. Pero antes de que puedan abalanzarse el uno al otro, una vocecita suena desde el interior.

—¿Quién es, papi?

—Nadie, entra a tu habitación.

—¿Por qué eres tan cruel con él? —murmura Chanyeol tomándolo del cuello de la camisa para sacarlo al pasillo.

Dispares ; chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora