Paso una semana de vivir en esta ciudad aun no pude conocer nada porque tenía trabajo en la casa nueva, ordenar los muebles con papá y ordenar mi nuevo cuarto. Era lindo el lugar donde nos mudamos había casas muy linda y llena de color y estábamos a tres hora de la playa y a tres hora de la escuela.
Estábamos ordenado los muebles en la cocina cuando escuchamos el timbre fuimos los dos a abrir la puerta era una vecina, "ella y su hijo nos vinieron a dar la bienvenida al vecindario".
Hola soy Bárbara Russell y él es mi hijo Lucas un gusto dice Lucas y nosotros con cordialidad nos presentamos un gusto soy Robert Miller y ella es mi hija Emma dice mi padre digo lo mismo dije yo. Mi padre los invito a pasar a la casa ellos pasan y bárbara me dice Lucas puede enseñarte el vecindario cuando gustes- y yo le dije con gusto aceptare y Lucas sonríe pues mi padre se va a la cocina con la señora bárbara a preparar café dejándome sola con Lucas. No era la primera vez que me quedo sola con un chico pero estaba nerviosa y no sabía por qué así no soy yo, en un momento me quede mirándolo cuando él estaba distraído mirando las fotos mías con mi madre y mi padre. Él es alto atractivo, tiene una dulce cara, su piel rosada con esos ojos de color verde y ese pelo rubio enrulado despeinado pero lo que me llama la atención de él son sus labios carnosos.
Me distraje tanto que en un momento se da cuenta que lo estaba mirando y se sonroja y me dice ¿ella es tu madre? y yo le dije si hace un comentario sobre ella (es hermosa y tu saliste igual a ella) lo mire y me sonroje porqué me sentía alagada aunque no sé si fue un alago al rato regresa mi padre con bárbara y con unas tasas de café y nos sentamos en la mesa los cuatros y empezamos a hablar un poco de todo.
En el momento que ellos se están por ir Lucas me dice ¿si quieres mañana te paso a buscar y te enseño el lugar? yo mire a mi padre y él me dice está bien mañana ve a conocer el lugar- y yo sonreí como una tonta y nos despedimos de ellos.
Al día siguiente me levante temprano para terminar de decorar mi cuarto estuve una hora pero en fin, termine quedo hermoso salgo de mi cuarto y bajo para saludar a mi padre en piyamas es la costumbre pero cuando baje estaba la señora bárbara y su hijo y cuando los vi no sabía en dónde meterme ya que tenía puesto mi pijama de unicornio justo en el momento Lucas me ve, me puse como un tomate de la vergüenza me fui corriendo a mi cuarto y me cambie de ropa hoy esta medio nublado entonces me puse un vestido casi siempre ando en short y remara largas pero hoy me vestí diferente.
Baje nuevamente a la cocina saludo a la señora bárbara y a Lucas y a mi padre. Me siento en la mesa para desayunar algo y pregunto con delicadeza ¿qué hace aquí la señora barbará? ella me responde llevare a tu padre a conocer su nuevo trabajo porque aún no conoce la cuidad y lo miro a mi padre y le digo felicidades él me contesta gracias Emma. Terminamos de desayunar mi padre se va con bárbara y yo me quedo sola con Lucas entonces Lucas se acuerda de lo que me dijo el día anterior y me dice si quiero ir ahora a ver el lugar y entonces nos fuimos.
Estábamos caminando y Lucas me pregunta si me gusta el lugar y yo le dije que sí pero que al principio me va a costar aprender los nombres de las calles y me rio y el me mira al momento que me mira y le pregunto ¿cuántos años tienes? justo paramos en una esquina esperando el semáforo que cambie él me mira y con su mano derecha se peina su pelo ondulado y me dice tengo 17 ¿y tú? justo cuando le iba a responder el semáforo cambia de color y cruzamos a la otra calle y me dice estamos a tres cuadras de la playa y le dije tengo 16, y que bueno me gustaría conocer la playa y caminamos hacia la playa al llegar y me emocione aunque no lo demostré para no pasar vergüenza adelante de Lucas pero él me dice eres libre ve y corre y se ríe nos quedamos un largo rato sentados en la arena los dos mirando hacia el mar y los chicos y chicas que estaban surfeando ese mismo momento hablamos de todo, nos contamos muchas cosas fue como un momento de confianza aun que teníamos dos días de conocidos ahora.
