(˶ᵔᴗᵔ˶) único

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—Gyu, vamos a llegar tarde apúrate bebé. —le dijo al niño de siete años que estaba en la orilla de la entrada colocándose los zapatos.

Así eran todas las mañanas de la familia Lee. Siempre salían de casa diez minutos antes para así llegar con las completas a donde sea que vayan. El pequeño siempre seguía las orientaciones de su padre, ya que no quería verlo enojado.

—¡Papá ya estoy listo!

—Bueno ahora corre al auto no tenemos mucho tiempo. Pero no vayas muy rápido, cuidado te tropiezas al bajar las escaleras.

Salieron de casa. Beomgyu estaba esperando a su padre a la orilla del auto. Se encontraba emocionado por ir otro día al colegio. El día había amanecido con un sol brillante pero aún así corría viento frío. —Te dije que te pusieras tu abrigo. —volteó su cabeza haciendo un puchero.

El transcurso en el auto es tranquilo, el menor se dedicaba a observar por la ventana o sino jugar con sus juguetes en el asiento de atrás, mientras su padre estaba conduciendo y a la vez contestado unas llamadas del trabajo. Si sus mañanas suelen ser atareadas qué hay veces no les da tiempo de desayunar.

—Papá, espero ver a Jeno hoy. Le tengo que preguntar si lo pueden dejar ir a casa algún día. —hablaba emocionado su hijo en cuanto vio que ya iban cerca de la escuela.

Taeyong le alegraba ver su pequeño tan feliz en las mañanas cuando el siempre anda con una cara larga, pero la sonrisa de su hijo lo hace sentir aliviado. Beomgyu a sido un niño bastante hablantín, imperativo y sobre todo muy curioso. Nunca se le escapa preguntarle a su padre cuando ve algo nuevo.

No aguanto mucho tiempo, ni siquiera espero a que su padre estacionara bien el auto. Salió corriendo cuando vio de reojo por la ventana a su amigo. A Taeyong casi se le sale el alma al verlo correr directo al niño de su misma edad.
Estacionó rápido el carro, sacó la mochila y fue hasta donde estaba su hijo.

—Jeno-ssi. —dijo al abrazar a su amigo. Este se sorprendió pero lo recibió en sus brazos.

Doyoung que estaba en cuclillas despidiéndose de su hijo también se sorprendió por notar este acto repentino, pero no dijo nada más que levantarse y ver cómo un hombre también corría hacia ellos. Supuso que podría ser el padre del niño.

—BeomBeom —habló saltando el de cabello negro mientras seguían abrazados, pero las palabras de un mayor los hizo separarse.

Taeyong se sostuvo en sus piernas para agarrar aire y decir:— Lee Beomgyu, ¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así?!

El niño sólo quedaba viendo a su padre con los ojos aguados y después de notar su expresión enojada puso su mirada en el piso mientras tocaba sus manitas. Doyoung miro las acciones del menor castaño.

—Tranquilo, no le ah pasado nada. El llego aquí sin ningún problema. —trató de calmar la situación. La voz del otro presente hizo que Taeyong lo quedase viendo, se sentía apenado de haber alzado su voz. Asintió como respuesta y le dio una leve sonrisa.

—Gyu, bebé no llores. —tomó en sus brazos a su hijo al verlo frotarse sus ojitos.

—Papi lo siento. No debí salir corriendo pero es que aveces no logro ver a Jeno en la mañana y me emocione mucho.

Taeyong besó su frente, el menor se acurrucó en su hombro y luego de eso lo puso de nuevo en el suelo. Le entrego su mochila con su lonchera para así verlo irse junto su amigo adentro del edificio. Eso había sido algo que nunca ocurría en las mañanas.

Los demás adultos alrededor miraban de reojo la escena. Doyoung se movió a hablar con otros padres, se notaba relajado. Taeyong nunca sintió la necesidad de ir a conversar con otros padres aunque estuvieran en la misma sección de su hijo, pero ese hombre de cabello negro le traía curiosidad. Además sus hijos son amigos por lo cual tenía preguntas.

Cultivate Kidness ; dotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora