Pensamientos

C H A N G E S

Necesitaba un cambio. Un cambio drástico.

El leer el libro "La chica que dejaste atrás" me hace pensar en quien nos llegamos a convertir. ¿Estará bien ser uno mismo? Creo que eso nunca será suficiente porque siempre habrá ciertas cosas que tenemos que mejorar o dejar atrás. Ese era mi problema. Pensar mucho en las cosas. Le estaba empezando a dar muchas vueltas a mi situación con el. A mis amigos. A la universidad. Pero estaba tan enfocada en esas cosas que no me daba cuenta quien estaba siendo realmente.

Recuerdo en una predica de mi amigo Felipe en la iglesia donde decía... ¿en quien nos hemos convertido? ¿Quién soy?

Tengo 20 años. Y cada vez me frustro mas al sentirme completamente perdida. En pensar en gente que no me quiere. Que no le agrado. Aunque...desde cuando empece a ser tan fría?

Creía que una de las mejores etapas de mi vida es cuando tenia 17. No me imaginaba lo equivocada que estaba. Quizás si no tuviera tantos pensamientos que me vuelan la cabeza todo seria mas simple.

Quería volver a ser esa persona. Volver a ser esa simple niña que se encerraba en sus libros y la mejor manera para desahogarse era escribiendo pero guardando silencio de todo lo que le sucedía. Creo que es la mejor manera o decisión que puedo tomar en este momento.

Volver a sentirme a mi misma. Enfocarme en lo que verdaderamente importa.

Siempre ha habido situaciones que no se como dominarlas.

Estoy en el Starbucks anotando todos estos pensamientos que vuelan en lo oscuro de mi mente. Todo lo que nadie ha llegado a conocer. Y se siente bien. Porque me siento libre. Y la libertad no es algo que es para todos, es para quienes siempre se han sentido encerrados. Como si su mente o circulo fuera su único mundo.

Hay realidades. Realidades como estas que hacen que no deje de escribir. Realidades que hacen que se me salga el corazón con todo lo que quiero decir y escribir. Me pican los dedos y quizás la gente a mi alrededor piense que estoy loca, que escribo sin parar. Pero como se detienen esas ideas? Y este es uno de los pocos momentos en que me importa poco lo que lleguen a pensar los demás.