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Edit por: Lilu S.

El día siguiente fue dedicado por la mañana al tributo del vampiro que había sido asesinado por la manada. Su cuerpo se había ido secando conforme su sangre era envenenada hasta que su piel quedó de un color gris claro, completamente pegada a sus huesos.

Sin embargo, a pesar de la pena que les provocaba haber perdido a uno de sus miembros luego de tanto tiempo de que un suceso así ocurriera, los líderes viajaron hasta los dominios del clan Shin para pedir que la boda fuese lo antes posible; la petición fue concedida debido a las circunstancias y esa misma tarde mientras el sol se metía, los miembros de ambos clanes se encontraban reunidos afuera del bosque, presenciando la muy improvisada ceremonia.

El silencio, que ya de por sí era intenso, se volvió total cuando los novios procedieron a decir sus votos matrimoniales.

-Yo, Kim MinSeok, -comenzó el rubio que tenía las pequeñas manos de su prometida entre las suyas y le miraba fijamente. -Te tomo a ti como mi esposa, para ser uno a partir de ahora, para respetarte y serte fiel siempre, en la dicha y la desgracia, en la riqueza y la pobreza, en tiempos de guerra y de paz, hasta el final de los siglos. -se inclinó un poco hacia su futura esposa para decir la última promesa. -Prometo que haré que nuestro matrimonio, aunque no fue planeado por amor, sí se mantenga por él. -ambos sonrieron levemente sin romper el contacto visual.

La hija menor de los Moon, que al inicio no disfrutaba de ser testigo de lo que ella consideraba la mayor desgracia de su hermano, sonrió al escucharlo. La pelinegra sabía que MinSeok había tomado esa decisión para librarla a ella de hacerlo, y se sentía realmente mal porque aún así no se creía con el valor para poder impedir la boda u ofrecerse para tomar el compromiso en lugar de su hermano. Simplemente no sentía que fuera lo correcto para ella, y se sentía muy egoísta por actuar así. No obstante, su espíritu se calmó al escuchar las palabras del muchacho. Él, a diferencia de ella, quizá podría encontrar el amor dentro de su matrimonio. Ese pensamiento y la sonrisa sincera de su hermano logró consolar grandemente el corazón de ByulYi.

Los vampiros aplaudieron, mas guardaron silencio cuando fue el turno de la rubia. -Yo, Shin JiMin, -empezó ella, con timidez, pero con una voz segura y perfectamente clara. -Te tomo a ti como mi esposo, para ser compañeros en esta vida, estar juntos y apoyarnos en los buenos y malos momentos, en la riqueza y la pobreza. Prometo serte fiel y respetarte cada momento a partir de ahora, hasta que el destino nos permita estar unidos en este mundo. -sonrió despacio y bajó la mirada por unos segundos antes de elevarla nuevamente. -Prometo que algún día nos miraremos a los ojos y ambos sentiremos amor...

Posteriormente se entregaron las argollas matrimoniales, las cuales consistían en dos preciosas piezas de otro blanco, elaboradas a mano, con pequeñísimos diamantes incrustados a lo largo, formando una delgada línea en diagonal. El nombre del uno estaba tallado en el interior del anillo del otro.

El entorno se llenó de nuevo de entusiasmados aplausos, mientras ellos se abrazaron en un gesto genuino de amistad. La ceremonia continuó y tan pronto fueron declarados marido y mujer, los vampiros comenzaron a corear un persistente "beso" que ocasionó que los ya esposos rieran con nerviosismo. Se miraron con timidez antes de que MinSeok levantara delicadamente el precioso rostro sonrojado de la chica y se inclinara un poco para posar sus labios sobre los de ella. Después de todo, no existía nada mejor que un primer beso para sellar las promesas que habían hecho unos momentos antes.

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El líder del clan Shin no podía estar más complacido. Si bien él y su esposa jamás planearon que alguno de sus amados hijos se casara por conveniencia, hubo algo que les incitó a aceptar la propuesta de alianza con esa condición: El clan Shin odiaba a los licántropos tanto o quizá más que los Moon, por lo que DongWook vio en esa alianza la oportunidad de acabar con los hombres lobo de una vez por todas. Además, al aliarse con el clan de la isla, sus territorios pasarían a pertenecer a ambos, lo cual claramente les convenía bastante.

Todos los vampiros del clan Shin se quedarían desde ese momento en la isla, para poder pelear junto a los Moon hasta que la guerra terminara, luego de esto, los Shin volverían a sus dominios, aunque teniendo total y libre acceso a la isla.

Los siguientes días transcurrieron tranquilos, los miembros de ambos clanes convivían bien entre sí, se mantuvieron entrenando e ideando estrategias de ataque y defensa, mientras que a los más vulnerables los enviaron a un lugar seguro, igual que habían hecho con los más débiles del clan Moon.

Cada hora que pasaba, se convertía en una tortura para unos ante la ansiedad de ser acechados y para otros por tener que esperar tanto para matar licántropos. Los Shin eran ciertamente reconocidos por su fortaleza y agresión. Deseaban terminar con esa tensión, pero sobre todo, con la opresión que la manada habría ejercido sobre ciertos clanes pequeños de vampiros.

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Byul estaba desconcentrada durante la mayor parte del tiempo, su mente estaba viajando con constancia a la ciudad, preguntándose por YongSun. Quería que todo terminara rápido para poder ir a buscarla cuanto antes. Todo su ser anhelaba con gran intensidad volver a tener a la rubia entre sus brazos. La extrañaba... La extrañaba tanto que incluso, con el fin de no seguir sufriendo demasiado, ya había dejado de contar las horas que pasaba lejos de su alma gemela. ¿Ella la extrañaría también? ¿estaría sufriendo con sus alucinaciones? ¿se habría tomado su medicamento? ¿su madre le estaría tratando con cariño? ¿se sentiría sola? ¿estaría comiendo bien?

Mientras pensaba en esto, recibió un duro golpe por parte de su hermano, que estaba ayudándole a perfeccionar sus técnicas de pelea. La chica se quejó por la fuerza de MinSeok. -Byul, necesito tu atención aquí. Debes concentrarte. -reprendió el rubio puesto que no era la primera vez que pasaba durante ese rato. -Conmigo sólo fue un golpe, pero si esto sigue pasando para cuando los lobos aparezcan de nuevo, no hay duda de que serás de las primeras en morir.

-Lo siento... -Se disculpó por milésima vez, haciendo que su hermano suspirara al conocer bien los pensamientos que distraían a la pelinegra.

-Otra vez, ¿lista? -Byul asintió retomando su posición de ataque.

Todo el clan pensó que los lobos quizá no volverían hasta la siguiente luna llena. No podrían arriesgarse a ir como humanos de nuevo debido a que los vampiros ya conocían sus armas y estarían preparados. El ataque sorpresa no les funcionaría una segunda vez.

Los pocos días que faltaban para que hubiera luna llena pasaron entre mucho entrenamiento e insuficiente descanso, pero tal como todos esperaban la manada apareció bajo la luz del brillante astro...



Continuará...

Dark side of the moon (Moonsun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora