Diecisiete.

761 52 27
                                    

—Bueno, entonces yo llegue a Londres y entonces ayude a sus padres a demostrarles a todos que eran el uno para él otro, pero entonces fueron obligados a Separarse si no fuera por mí, ellos jamás estarían juntos —dijo Rebelde narrando los hechos.

—Rebelde, cuenta bien la historia —reprendió Dylan.

—¡Ay Dylan! —exclamo Rebelde.

—Ya dije —respondió Dylan con seriedad.

—Amor déjalo contarla, ya sabe que le va a pasar si añade algo que no va —dijo Dolly en un tono amenazante.

—Está bien Dylan y Dolly ¿en dónde me quede? así entonces...

Los dos dálmatas se seguían besando, Delilah estaba recuperándose de lo que había pasado, al seguir viendo que su hijo besando a su hermanastra. mientras un avión despegaba con destino a Londres, Rebelde y su madre iban a Londres a visitar a la familia que aún vivía en la ciudad natal de todos los descendientes de Perdita y Pongo. «Bien mamá, te crees muy inteligente, Dylan no sabe nada de lo que quieren hacer mi madre y la tía Delilah», «Ay este cachorro imprudente no sé porque quiso venir a Londres solo espero que no frustre los planes que tenemos Delilah y yo».

Los dos pensaban en lo que harían a hacer en Londres, en la casa Dalmatian todo veían tiernamente a Dylan y a Dolly, solo se separaron por falta de aire.

—Como te amo mi capitán estelar —dijo Dolly con felicidad.

—Y yo a ti mi amada acróbata —respondió Dylan al frotar su nariz con la de Dolly.

—Como los aborrezco a los dos —dijo Delilah furiosa.

—Mamá es suficiente, te pido que retires —dijo Dylan molesto por lo que decía su madre.

—Bien, me voy no porque tú lo pides, si no porque no soporto su falta de respeto —dijo Delilah molesta.

Se retira para llevar a los cachorros al parque a jugar, los dos dálmatas se quedaron en casa solos. ellos solo se la pasaban consintiendo a los nuevos integrantes de la familia, Dylan a cada antojo que Dolly tenía él se lo daba, era la consentida de Dylan. Ella se reía al ver como su futuro esposo la consentía.

—Ven guapo, te toca se consentido —dijo Dolly en un tono coqueto.

—¿a si? Y como la hermosa madre de mis cachorros me va a cons....

Dylan no termino su oración ya que Dolly lo beso y masajearlo, pero Dylan oyó a los cachorros que subían por las escaleras.

—Ah... No me dejaron consentirte —dijo Dolly en un tono triste.

—Tranquila, podrás consentirte todo lo que quieras cuando los cachorros nazcan —dijo Dylan giñando un ojo.

—Está bien, pero no te soltaré por nada del mundo jejeje —dijo Dolly de forma pervertida.

—Voy a servir la cena —dijo Dylan con nerviosismo.

—Está bien amor jajaja ve te ves lindo todo rojo —dijo Dolly riéndose por como se veía su prometido.

—Y tú embarazada te ves hermosa —dijo Dylan para retirarse.

—¿Con que me dices gorda? —preguntó Dolly molesta.

Dylan comienza a silbar para decir:

—Ya me voy adiós amor —respondió Dylan para salir corriendo.

«De esta noche no pasas amorcito». Era el pensamiento de Dolly. Dylan fue a servir la cena para todos en casa, solo que Delilah lo veía con decepción a Dylan, eso no le importo, Dylan al final fue a la habitación de Dolly, dónde no la encontró. Miro por toda la habitación
más no la encontró hasta que Dolly le saltó encima a Dylan en eso...

—¿Dolly? —preguntó Dylan nervioso.

—Sí, que estoy gorda, bien amorcito vamos a jugar —dijo Dolly furiosa.

—Dolly, no, por favor —dijo Dylan asustado de lo que podía hacer Dolly.

Dolly: vaya tu amigo sabe a qué me refiero con jugar

Los cachorros no oían los gemidos de Dylan, pero los adultos si

—Es por eso que a una hembra preñada jamás se le tiene que Decir que se ve bien embarazada —dijo Delilah con seriedad.

—esos nuestros hijos —dijo Doug feliz.


Me Equivoqué ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora