Jimin logró dormir muy poco esa noche. Las pesadillas y la ansiedad constante no lo dejaron conciliar el sueño de forma adecuada. Es por eso que ahora se encontraba frente al espejo de su cuarto tratando de ocultar las notables ojeras con un poco de maquillaje. Al despertar, y después de una larga ducha de meditación, se había prácticamente obligado a olvidar la situación vivida la noche anterior. Por lo que cuando bajó al primer piso y vio a su padre moviéndose por la cocina al preparar el desayuno, reprimió las ganas que tenía de ir corriendo a refugiarse en sus brazos y contarle lo asustado que se encontraba. No podía contarle a su padre, no podía contarle a nadie.
— Buenos días, hijo. Te hice un par de tostadas y un café —le dijo con una sonrisa.
Jimin solo atinó a responderle con una sonrisa forzada. Se acercó al estante a recoger su desayuno y luego se sentó junto a su papá en la pequeña mesa de la cocina. Ambos comieron en silencio, por más que lo intentara, Jimin no podía dejar de sentirse ansioso y su padre no pasó eso por alto.
— ¿Te encuentras bien, Minnie? ¿Quieres hablar? —le preguntó su padre con suavidad.
Jimin lo miró por un momento y luego volvió su vista a su taza de café.
— No pasa nada —hizo una pausa—. Solo tuve una mala noche, eso es todo.
Su padre hizo una mueca, no convencido del todo por esa respuesta.
— ¿Cómo estuvo tu paseo anoche? ¿Lograste divertirte un poco?
Jimin sujetó el asa de la taza con mucha más fuerza, su nerviosismo reflejandose a flor de piel. No estaba preparado para afrontar esa pregunta. Se quedó totalmente en blanco mientras su respiración se hizo más pesada. Su padre pareció notarlo y estuvo a punto de hablar de nuevo, pero entonces la radio en su chaqueta comenzó a sonar. Su padre le susurró un "ya vuelvo" y se levantó de la mesa.
Jimin aprovechó esos minutos para calmarse. Qué tonto había sido, él solito casi se delata. Ahora tendría que pensar en una excusa rápida para quitarse de encima la preocupación de su padre. Lo escuchó intercambiar un par de palabras con el otro oficial de la línea, el cual parecía desesperado, hasta que finalmente cortó y volvió a la cocina. Él también lucía un poco agitado.
— Era el oficial Jones, necesita que vaya de inmediato a la estación —comentó mientras se ponía su chaqueta. Jimin solo lo observó—. Al parecer hubo un asesinato esta madrugada y me necesitan para iniciar la investigación.
Jimin lo miró asustado. Ya lo saben todos, pensó.
— No sé a que hora volveré. Pero cuando lo haga, hablaremos —se acercó y depositó un beso en su frente como despedida—. Ah, tampoco quiero que salgas mucho. Existe la posibilidad de que haya un asesino suelto así que ve con cuidado, hijo.
Después de eso su padre salió de la cocina y, posteriormente, de la casa. Jimin escuchó el motor del carro encendiéndose y luego como se alejaba por la carretera.
Se quedó en su asiento quién sabe por cuanto tiempo. Si ya lo saben todos, ya está, ya acabó. Lo atraparán, pensó. De alguna manera, ese pensamiento logró levantarle el ánimo. Así que se levantó de su lugar para ordenar lo que había quedado del desayuno.
Unos minutos más tarde, se encontraba saliendo de su casa en dirección a la escuela. Era un día frío, señal de que el otoño ya estaba casi llegando a su fin. Jimin observó las hojas anaranjadas amontonadas a los pies de cada árbol y sonrió ligeramente, el otoño era su estación favorita. Contempló el paisaje durante todo el recorrido, tratando de despejar su mente y calmar su ansiedad y había servido porque cuando llegó a la entrada de la escuela se sentía mucho mejor. Mucho más seguro.
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Boy meets evil // KOOKMIN
FanfictionCuando Park Jimin es testigo del cruel asesinato de un compañero de su escuela, se da cuenta que el pequeño y tranquilo pueblo de Stissent no es lo que aparenta; más aún cuando este evento es solo el comienzo de una cadena de brutales muertes que ti...