Capítulo 2

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2020

Después de haber pensado semanas e incluso meses, al fin me había decidido a visitar a Alfredo en su nueva casa. Desde que empezó el año cada fin de semana me mandaba mensajes o me marcaba insistiendo en visitarlo y recordar viejos tiempos.

—Bien, creo que es todo — Cerré la mochila y salí del departamento.

Había accedido a pasar un fin de semana con el y su novia que tenia ganas de conocerme después de todo lo que le contó sobre mi. Quizá y no debía, pero también necesitaba despejar la mente.

Sabía que evitar a los chicos a toda costa no iba a ser del todo efectiva, ya que, cuando menos pensaba, estaban sentados afuera de mi casa esperandome con comida, algun detalle o un abrazo fuerte que siempre iba a necesitar de ellos. Seguia sin entender como o quien les habia dado mi nueva direccion, ya que el unico que sabia era mi hermano Luis y Mauricio de los cuales dudaba que tuvieran contacto.

Después de hora y media mas tarde, al fin habia llegado a su casa y me encontraba nerviosa. No sabia si por el hecho de volver a convivir con un Leyva o por temor a algo.

—¡Que milagro perdida! — Exclama con bastante felicidad al abrir la puerta. Me recibió con un caluroso abrazo y un beso tronado; no cambiaba este chico.

—Lamento la tardanza, pero me perdi camino hacia acá y pasé a comprarte algo de comida — Me fulmino con la mirada —No iba a llegar con las manos vacias y lo sabes.

—Bien — Llevó las bolsas a su cocina —Para la proxima no te atrevas a traer algo. No es necesario.

Antes de poder contestarle aparecio una muchacha de cabello castaño y facciones muy definidas. Era muy bonita.

—¿Eres _____? — Cuestiona sorprendia. Asiento un tanto confundida —Mucho gusto, soy Jessica.

Me abraza emocionada y besa mi mejilla muy amigable.

—¿Tienes hambre?.

Niego separandome de la castaña. Le echa un vistazo a mi mochila y luego a las cosas que anteriormente Freddy habia dejado en la cocina.

—No te hubieras molestado hermosa. Te invitamos porque este niño tenia ganas de verte y yo de conocerte. Y espero no sea la ultima vez — Amenazó en todo divertido.

—No prometo nada — Reí.

La tarde se me habia pasado muy tranquila, comimos muy rico gracias a Jessi y más tarde ya me habían asignado el cuarto donde iba a dormir estos dias.

—¿Te puedo preguntar algo? — Asiento dirigiendo mi mirada hacia el rizado —¿Por que te saliste de la casa que te dejó Jesus?.

Dudé un poco en responder, recordando todo lo sucedido, pero pasados varios segundos, me acomodé en la silla y suspiré.

—Cuando empezaron los problemas con ustedes y las presentaciones, yo estaba en proceso de poner la casa a mi nombre, que como sabes y no es un secreto, ya era mia por que fue un regalo de boda adelantado de Jesús — Bajé la voz y tomé aire. Volver a tocar el tema seguía siendo difícil —Cuando se alió con la gran Danna Paola, el y yo ya habíamos discutido y traíamos problemas arrastrando, entonces cuando menos me di cuenta, ingreso ala casa y se llevo los papeles de la propiedad.

—Que hijo de perra — Escupió enojado.

La castaña dio un ligero apreton en su pierna. Proseguí hablando.

Recuerdo |Alan Navarro| »CD9« PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora