Historia completamente mía, no se admiten copias u/o plagios.
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PROLOGO:
En proceso jaja salu3
Simplemente lee la pinche historia
Antes de empezar el capítulo, estuve viendo las leídas en mi capítulo y quedé ".-.?" por las leídas del capítulo veintiocho, adjunto imagen:
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No sé quién carajo lee el último capítulo de una historia en vez del primero, o sea, awatafaka.
Ahora sí, disfruten:
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—¿Quién es él..? —el primero en preguntar fue Jules, quien lo observaba intensamente, oh
—Es Sebastián —le contesté y acaricié el pelo de Sebastián, Jules abrió los ojos sorprendido
—El perro..? —Sebastián gruñó, reí y cambié el tema.
—Vamos Sebastián, tienes que ducharte. Sé que tu pelo no es grisáceo, solo esta sucio. —Sebastián asintió siguiéndome, aún me sostenía la mano, en serio se aferra a mí.
Podía escuchar muy atentamente los rápidos latidos que salían del corazón de Jules, esto no pasaba antes.
Sebastián entró a la ducha, yo me mantenía sentada la tapa del váter hablando con él
—Entonces si eres un sirviente divino, ¿Por qué te abandonaron? —le pregunté
—Uh.. Ellos querían venderme, a la edad de 10 años ya podría empezar mi trabajo.. Pero al final me abandonaron y me volví un exiliado. —contestó, su sombra se notaba a través de la cortina, se estaba lavando el cabello, o lo intentaba
—¿Quieres que te ayude con eso? —
—¿Puedes? —preguntó emocionado
—Claro —reí, noté como se sentaba dentro de la tina, abrí la cortina y vi su cabello largo lleno de champú, no sabía como lavarlo
Reí divertida y empecé a lavar su pelo.
Su pelo dejaba de verse gris y empezó a ser un hermoso blanco, brillante.
—Se siente extraño, jajaja —río levemente Bastian—Nunca antes tuve el pelo tan largo, claro, siempre fui un lobo. —no contesté y moje su pelo con abundante agua. Salió todo el champú y empecé a ponerle acondicionador en las puntas de su pelo.
Al levantar su cabello vi que su espalda estaba lastimada, tenía cicatrices y heridas casi desapareciendo.—Qué ocurrió? —dije hablando de su espalda, sus hombros se tensaron.
—N-no sé, las cicatrices son muy viejas.. —murmuró, con mi mano limpia acaricié suavemente su mejilla, no veía su rostro pero quizá estaba un poco triste.
