III.

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—¿Ven? Les dije que se veía sospechoso, quizás con quién esté hablando.—Repitió Edward.

Cuando Derek terminó de hablar volvió a la cocina y uno de los jóvenes le interrogó.

—¿Con quién hablabas?—Dijo Otto.

—Con mi madre, aunque no es de su incumbencia.—Respondió Derek.

—¿Con un walkie talkie?

—La tecnología de la actualidad es muy avanzada.

Escuchando eso, aunque no creyéndole, cambiaron de tema.

—Otra vez un plato rayado.—Fanfarroneaba Karyn.

—Déjame ver que dice.—Se adelantó Derek a los jóvenes.

El plato tenía el nombre "Félix" escrito con una navaja o cuchillo. 

—¿Tienes los otros platos rayados por ahí, Karyn?—Preguntó Derek.

Karyn los tenía guardados, los buscó y se los entregó a Derek.

—¿Qué harás con ellos?—Preguntó ella.

—No te preocupes, solo quiero ver si se sale el rayado.

Los jóvenes no le encontraron mucho el sentido a lo dicho por el nuevo, así que escondidos siguieron a Derek, él juntó todos los platos, tomó algunas fotografías con su celular y lo apagó. 

Miró por todas partes a ver si alguien lo había visto y volvió a la cocina.

—No tiene arreglo, Karyn, intenté lo posible.

Cambiando de tema, Karyn le preguntó a Alice si Otto siempre lame el plato.

—Desde que lo conozco lo hace, sin falta en ninguna comida.

—Esos platos lamidos por él después es usado por otra persona, obvio que los lavo pero no se quitan todos los gérmenes, ¿alguna idea para que él deje de hacer eso?

—Tengo una idea. Chicos, sigan sin mí, después los alcanzo.—Les dijo a sus amigos.

Alice junto a Karyn le hicieron algo al plato que le tocará a Otto.

Después de la conversación y lo del plato, era la hora del almuerzo.

—No tengo mucha hambre, me siento mal.—Se quejaba Gwen.

—Tú te lo pierdes, ¿me das tu comida?—Dijo Otto.

Otto ya había terminado su plato y procedió a lamerlo, al hacerlo su cara se puso totalmente roja, empezó a gritar y a correr por todo el comedor.

Los amigos y los otros estudiantes reían fuertemente.

—¿Qué le pasa?—Preguntaron entre risas.

—Le eché picante.—Respondió Alice.

Otto corrió rápido al baño a echarse agua a la boca que le ardía como el infierno.

Sus ojos quedaron perplejos cuando vio a Lydia, otra de las niñas desparecidas junto a Lizzie.

—Ayúdalos, están en peligro por Félix.—Repetía una y otra vez.

—No, no, no puede ser, me estoy volviendo loco.—Se puso en posición fetal, dio unos pequeños golpes a su cabeza y cuando volvió a mirar, Lydia ya no estaba.

Otto con una expresión rara en su rostro volvió a la mesa con sus amigos. 

—¿Qué pasó?—No creo que esa cara fue por la broma.—Preguntó Gwen.

—No sé si logren creerme, acabo de ver a Lydia en el baño.—Dijo con una voz apagada y gestos raros.

—Estás enloqueciendo.—Dijo Shelley.

—Puede que sea verdad, o sea piénsenlo, primero escuchamos a Lizzie y ahora esto.

—Lo peor es que repetía ese nombre una y otra vez, "Félix".

—Hay que descubrir quién fue ese tal Félix y por qué está relacionado con los los niños desaparecidos, los golpes en la tubería, los platos y lo demás.—Opinó Shelley.

De total casualidad Derek estaba pasando por ahí, al escuchar el nombre Félix, se acercó a los muchachos.

—¿Qué saben de Félix?—Preguntó Derek.

—¿Lo conoces?—Preguntaron todos.

—Es mejor que no se metan en eso.—Advirtió el cocinero.

—También es nuestro caso, es posible que él haya secuestrado a nuestros amigos.

—Si siguen en esto y se meten en problemas, acudan a mí, los ayudaré.

Cuando Derek se fue, empezaron a crear teorías sobre él.

—Les dije que era sospechoso, algo oculta.

—Está de nuestro lado, mientras sea bueno lo que oculta no es peligroso. Creo.

El grupo de amigos volvió a la habitación actuando de forma normal.

Se acostaron en su cama analizando todo lo sucedido hasta que empezó a sonar otra vez la tubería.

—Otra vez, ¿quién será? ¿Alguna broma? En el mejor de los casos: ¿Lizzie y los demás?—Con esperanzas decía Otto.

Los jóvenes conversando esperaban que fuera de noche, después de cenar y listos para dormir, en vez de hacerlo, estuvieron elaborando el plan para salir del recinto y buscar a Lizzie.

Estando listo el plan, salieron todos sin hacer ruido, estaba ahí el guardia vigilando, Edward desde la otra esquina de la reja hizo unos ruidos raros con la boca y tiró unas piedras, haciendo el mayor ruido posible. Cuando el guardia se alejó de la reja principal, el resto del grupo salió saltando la dicha reja, ya afuera esperaron al distractor, estando afuera totalmente del recinto esperaron algún grito o alguna pista de Lizzie.

—Espero que vuelva a gritar o algo, sino nuestro escape será en vano y podríamos ser castigados.—Pensó Shelley.

Hace poco se dieron cuenta de que no traían ninguna cosa para dar luz y ver, así que iban en total oscuridad. Iban todo bien, hasta que Shelley cayó en un hoyo en el piso el cual estaba tapado.

—¡Otto!— Gritó ella.

—¿Shelley, estás ahí?—Preguntó asustado Otto.

-Continuará...-

Aislado En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora