Parte única.

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Laura

La mansion de sus abuelos era inmensa y estar ahí era muy aburrido. Pese a que había más niños en la mansión, Laura nunca fue una niña muy sociable, por lo que la mayor parte se la pasaba vagando y/o explorando la mansión.

Sin embargo, después de visitar durante 10 años aquella casa, prácticamente ella ya conocía cada secreto que podía haberla entretenido. El único sitio que aún no exploraba por completo era la biblioteca, ya que aún no tenia la altura suficiente para alcanzar los estantes más altos.

Sin embargo, en el último verano había crecido algunos centímetros por qué tal vez ahora lograra encontrar nuevos libros que pudiera leer.

Al entrar a la biblioteca la encontró casi vacía, era un sábado por la mañana, la mayoría de los que vivían ahí estaban afuera jugando o practicando el uso de sus mutaciones. Y no es que a ella no le gustará estar afuera, solo que como a su padre, le costaba convivir con otras personas ya que siempre tenía el constante miedo a lastimarlos.

La biblioteca, como todo el la mansión era enorme y estaba llena de libros muy interesantes aunque complicados de leer. Laura era igual a su papá Peter, tenía la habilidad de aprender más rápido que el promedio, aunque, al mismo tiempo le provocaba que no pudiera mantener su atención centrada, ella era alguien que se aburría rápido.

Recurrió la biblioteca hasta que encontró en librero donde se encuentra un libro que le pareció bastante llamativo, aunque solo veía el lomo del libro, pudo notar que estaba decorado a mano, además de que decía:

"Recuerdos L+P"

Esas eran las iniciales de sus papás y no podía evitar desear desesperadamente saber que escondía ese libro.

Cómo ya había mencionado, Laura había crecido algunos centímetros en el último verano, no obstante, al parecer aún no era lo suficientemente alta para alcanzar el estante.

Soltó un gruñido y siguió intentando alcanzar el libro, soltando gruñidos cada vez que daba pequeños saltos y eran inútiles para alcanzar su tan deseada futura lectura.

— Vaya que eres idéntica a tu padre.

Laura se sobresalto al escuchar la voz de su tía Raven, aunque sus sentidos eran más agudos que el promedio, su tía siempre lograba asustarla.

— ¿Qué haces pequeña?— preguntó Raven. Realmente tenía curiosidad de lo que su sobrina intentaba hacer; Laura era una chica bastante tranquila y no solía molestar a los demás, pero hace algunos minutos había resubido una queja que en la biblioteca había alguien que estaba causando mucho ruidos con sus saltos y gruñidos, algo que no era común en ella. Aunque era difícil de creer siendo hija del revoltoso Peter Lehnserr.

Al principio, Laura se negó a decir lo que estaba haciendo, pues sabía que Raven le bajaría el libro y ella quiera hacerlo sola, nunca le había gustado pedir ayuda y le avergonzaba que la gente hiciera cosas por ella. Al final, se lo dijo.

— Quiero bajar ese libro— dijo la niña señalando el libro en particular, mientras un pequeño sonrojo se había presente en sus mejillas.

— Bueno, si solo es por eso— respondió Raven.

Raven sabía lo orgullosa que era su sobrina, por lo que no le bajó el libro, sino fue a la mesa más cercana (en la biblioteca había muchas mesas y sillones para que los alumnos estuvieran cómodos leyendo) y tomo prestada una silla para ponerla junto al estante y así Laura podría bajar el libro sola.

Una historia para Laura. Wolvesilver. ONE-SHOT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora