Narra Matteo
Luna y yo hemos sido mejores amigos desde que tengo memoria.Ambos, a pesar de nuestras personalidades tan diferentes, nos complementamos a la perfección.
Los chicos suelen bromear con nosotros sobre un romance secreto entre ambos, y hace unos años me parecía imposible e incluso estúpida, la idea de nosotros siendo pareja.
Hasta que descubrí que estoy enamorado de ella.
No se en que momento me enamoré de ella, solo se que un día la miré... y simplemente lo supe.
Y hoy, cuatro años después de saberlo, me he decidido a contárselo.
Los chicos me han asegurado que ella también está enamorada de mi, y aunque yo no estoy tan seguro de eso, le confesaré mis sentimientos, porque seguirlos callando durante más tiempo sería muy angustiante para mi.
Intento repetirme mentalmente que esto no tiene que arruinar nuestra amistad, que ella, me rechaze o no, va a seguir siendo mi amiga...
Con eso en mente, sintiendo mi corazón galopar con fuerza contra mi pecho y mis nervios a flor de piel, me preparo para lo que voy a hacer.
Luego de caminar un rato más alrededor del parque, me detengo junto a un banco.
-Ehhh... ¿Que te parece si nos sentamos?- pregunto con nerviosismo a Luna, que me observa entre burlona y confundida.
-¿Por qué? ¿Ya te cansaste?- pregunta con diversión.
-Yo... Tengo algo que decirte- digo mientras juego un poco con mis dedos. Ella frunce el ceño mientras camina hacia el banco mas cercano, con una pierna a cada lado, para que podamos quedar de frente. Yo la imito y me siento frente a ella.
-Bueno... solo quiero que sepas que entiendo si no quieres volver a hablarme después de esto, pero... ya no puedo callarme, no más- digo sin dejar de jugar con mis dedos e intentando no apartar la mirada de sus verdes ojos, que me observan con sorpresa y preocupación.
-No creo que haya algo que pueda hacer que no quiera hablarte jamás ¿Sabes? Te he aguantado por 18 años, no creo que lo que vayas a decirme pueda competir contra eso- dice ella intentando sonreírme, pero sus labios forman una sonrisa algo extraña que ma da a entender que no cree del todo lo que me acaba de decir
Suelto un suspiro.
"No le des muchas vueltas al asunto, primero ve directo al grano y luego si quieres, o si ella no ha salido corriendo, le dices lo que le quieras decir" aparecen de pronto las palabras de Gastón en mi mente, por lo que sigo su consejo sin pararme a medir las consecuencias.
-Yo... estoy enamorado de vos- digo. No añado nada más esperando que ella hable, pero Luna solo se queda callada, observándome como si no creyera lo que acabo de decirle.
Luego de unos minutos que se me hicieron eternos, ella habla
-Matteo, yo... ¿Esto es una broma, verdad?- pregunta ella luego de soltar una risita nerviosa.
Yo frunzo el ceño.
-No Luna, no es una broma. No se cómo no porqué, pero me enamoré de ti. De tu sonrisa que es capaz de contagiar a cualquiera, de tus ojos verdes, de tu actitud... de toda tú...
-Matt... yo
Ella empieza a hablar, pero se calla de repente, dejando un silencio en el que nos dedicamos a mirarnos fijamente, entonces sus ojos bajan hacia mis labios brillando de manera inusual, mi mirada baja también hacia sus labios que lucen mas apetecibles que nunca.