Adiós Al 7° Heraldo Divino

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La mano de Adrienne resbalo lentamente de las de Zero y esa fue la señal de que había muerto todos sus amigos los cuales estaba alrededor de ellos en completo silencio comenzaron a llorar pues la chica pelirroja había emprendido un viaje a un lugar lejano a donde ninguno de ellos podría acompañarla y eso les dolía mucho, Alcander también se acerco y al ver el inerte cuerpo de la chica que amo se derrumbó gritando de dolor

--Despierta por favor no me dejes –le pido desde su lugar

--Ya es tarde para arrepentimientos, debiste pensarlo antes de herirla –le dijo Kaname con odio

--Si de verdad la amabas no le hubieses hecho daño, habrías permanecido a su lado siempre –le recrimino Ren

--Lárgate, no mereces estar a su lado en este momento –le dijo Raiden golpeándolo en el pecho con toda su fuerza. El chico se levanto y sin decir nada se fue del lugar con el corazón destrozado

--Porque no nos dijo nada –lloro Maki

--Sabía que ustedes tratarían de detenerla y eso es algo que ya no podía hacer –les dijo Kaname abrazándola con fuerza

--Por eso te pido que usaras la barrera –le pregunto Aki con dolor

--Si y créame que esto ha sido lo más doloroso que he tenido que hacer, yo tampoco quería perderla –les dijo con la voz llena de dolor mientas las lágrimas escapaban de sus ojos color borgoña

--Entremos a la mansión ya todo a terminado además debemos informarle a su padre lo sucedido –les dijo Cross con mucha tristeza. Todos asintieron a lo dicho por Cross e ingresaron a la mansión

Kaname llevaba en brazos a la pelirroja pues no había querido separarse de su lado por temor a que el cuerpo de ella desapareciera, Zero caminaba a su lado llorando desconsoladamente, al entrar deposito el cuerpo de la chica sobre un sillón y la cubrieron con una sabana blanca a la espera de que su padre llegara

Cuando el Consejo Olímpico en pleno apareció encontraron a todos los jóvenes sentados alrededor del cuerpo de Adrienne, algunos lloraban en silencio mientras que otros tenían la mirada perdida, Poseidón inmediatamente supo lo que paso y a paso tranquilo se acercó a Kaname quien permanecía con la cara cubierta por sus manos mientras lloraba en silencio pues se sentía culpable por haber permitido que la chica se sacrificara de esa manera, deseaba poder cambiar su lugar con ella lastimosamente no podía dejar a su hijo y a Zero solos

--No es tu culpa lo que sucedió yo también sabía que esto sucedería tarde o temprano y al igual que tú me negaba a dejarla ir, pero mi pequeña ya no podía más sus heridas si bien no eran visibles estaban allí sangrando constantemente mermando sus fuerzas poco a poco –le dijo abrazando suavemente permitiéndole llorar sobre su pecho

--Como me gustaría cambiar de lugar con ella, pero soy tan egoísta que no puedo hacerlo amo tanto a mi Zero y a mi hijo que no podría dejarlos para ocupar su lugar y permitir que ella viviera por más tiempo –le dijo sin dejar de llorar

--Pequeño ni ella te permitirá hacerlo, aunque Zero y tu hijo no estuvieran contigo jamás te pediría hacer ese tipo de sacrificio ni por ella ni por nadie –le dijo sin dejar de abrazarlo

--Adrienne era el tipo de persona que jamás pedirá algo tan egoísta como eso, para ella la verdadera felicidad que podía darles era hacerlos felices y libres –le dijo Ares palmeando suavemente su cabeza

--No les pediremos que no lloren por ella porque eso seria lastimar seriamente sus nobles sentimientos porque sabemos que la querían mucho a pesar del poco tiempo que algunos de ustedes convivieron con ella –les dijo Hestia con cariño

Nuestro Tiempo Para AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora