¿Qué tan alta es la posibilidad que tu mejor amigo también sea tu pareja? Esa pregunta era constante para Guillermo, quien hasta la fecha, a pasos de comenzar una nueva etapa junto a Samuel, seguía sin creer todo lo que ocurría. La vida había sido generosa con él, dándole la oportunidad de tener a una persona para amar y que por sobre todas las cosas le era muy fiel.
— Deberías dejar de hacer el vago y venir a ayudarme con las cosas Willy.— El mayor se había quejado al ver como su pareja hasta el momento no había movido ni un solo músculo para ayudarle a guardar cada una de las cosas que llevarían consigo al nuevo pueblo en el que iban a vivir.— ¡Vegetta! ¿Te das cuenta que esto es comenzar un camino pero juntos? Es como... Como.— Willy era incapaz de terminar una frase tan simple a causa de la emoción que intentaba retener pero que evidentemente no estaba logrando.
— ¿Nuevo? ¿Romántico?
Preguntó entre suaves risas el de ojos violáceos, atento a toda acción realizada por quien también era su mejor amigo. Su mirada fija en cada pequeño detalle en el cuerpo del contrario, no era algo que podía considerarse como un acto vulgar sino más bien de devoción y completo amor. Por primera vez en su vida estaba experimentando lo que era sentirse tan atraído por alguien, sentir que finalmente le pertenecía a una sola persona, eran distintos sentimientos y pensamientos juntos que era imposible enfrascar en una sola palabra pero tal vez sí en dos: Verdadero amor.
— ¿Vegetta? ¿Escuchaste lo que dije?— ¿Willy había estado hablando? Efectivamente, no había escuchado nada de lo que dijo y aunque aquello le avergonzara, debía ser sincero, esa misma persona que le hablaba era el causante de que se perdiera en pensamientos.
— ¿Qué dijiste chiqui? Vas a disculparme pero tus ojitos me capturaron por completo.
— ¿Tu intención es enamorarme más, Vege?— Una risa traviesa y encantadora surgió de los labios de Willy, misma a la que Vegetta pronto se unió.
Cuando se trataba de ellos dos, ambos podían comportarse como niños, no había nadie que les juzgara y mucho menos que los interrumpiera, era un momento que solamente ellos compartían y era así como parecían ser demasiado felices. Las cosas para ordenar dentro de las cajas habían pasado a segunda prioridad, ya que estaban más entretenidos en pasarla bien entre ellos ¿Mudanza? ¿Qué era eso?
Era un proceso lento pero que entre risas estaban logrando completar, esto, hasta que un pequeño y afelpado oso fue encontrado en las cosas de Samuel. Entre las manos del menor se encontraba un peluche que hasta la fecha el mayor guardaba con recelo y cuidado, un obsequio que Willy desconocía porqué era merecedor de tanto cariño y que jamás supo quién lo había enviado a Vegetta. Un oso pardo de ojos llamativos cubierto por un traje violeta de unicornio, a pesar de no ver nada especial en ese peluche le causó mucha curiosidad, jamás tuvo intención de cuestionar al mayor pero sí que podía aprovechar ese momento para molestarlo y tal vez sacar un poco de información respecto a esto.
— ¿Crees que es tiempo de tirarlo?
Preguntó mientras alzaba al pequeño peluche a la altura de su cabeza para que el mayor pudiera verlo sin problema alguno. Parecía un juego en el que Vegetta no estaba dispuesto a perder. Desde el piso, sentado en posición de loto, pudo observar a lo lejos como su oso corría peligro en las manos de Willy.
No dudó en ponerse de pie para ir por lo que era suyo, buscó de cualquier manera no verse tan desesperado por la situación, aquel oso tenía un significado importante en su vida.— Guille... Por favor deja mi peluche.— A paso cuidadoso se acercó al ya mencionado pero al ver como éste tenía intención de echarse a correr, se apresuró a tomarlo de la muñeca para detener cualquier movimiento.
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DICENTRA
Fanfiction- ¿Piensas en mi, Willy? - Pienso en ti todos los días. Cuando se trata del amor sabemos que tomamos un camino inesperado, altos y bajos que nos llevan a una montaña rusa de emociones pero que jamás podemos dejar de verlo como bueno. Sin embargo;...