LILO & STITCH [HARRY POTTER SERIES]

ii. alien

II. EXTRATERRESTRE

LILO SE ATREVIÓ A ACERCARSE HACIA EL CHICO (si, era un chico, lo que hacía que su mente se volviera aún más loca).

Desde la distancia en la que estaba, apenas y pudo notar que tenía cabello rubio. Parecía algunos años mayor que ella (no podría decir precisamente cuantos) y a su vista, estaba desmayado.

O tal vez solo aturdido.

Lilo tuvo miedo por un momento (como cree que cualquier persona racional haría), porque no todos los días un pedazo de chatarra con una luz azul explota de la nada, y más inusual sería si alguien estuviera dentro de la capsula-chatarra y que no tuviera ninguna herida física grave además de estar aturdido (o tal vez muerto). También le sorprendió no haber sufrido alguna lesión más grave que el pitído en sus oídos, los raspones en sus manos y el dolor de su rodilla que la caída sobre su pierna le había ocasionado.

Lilo siguió teniendo miedo, porque sus especulaciones la asustan aún más. ¿Y si era algún mago tenebroso que había conseguido hacerse de tecnología muggle para poder (de alguna manera) volar hasta caer en Hogwarts solo para hacerle daño a alguien allí? Aquello sería bastante inusual, considerando que la mayoría de los magos tenebrosos apoyan el purismo de sangre y ni aunque les pagaran se acercarían a un objeto muggle, pero podría llegar a pasar.

La incertidumbre también se encontraba en que todos los magos poderosos son reconocidos, y aquel no tenía nada que le sonara de algún lado. El último mago tenebroso rubio del que había oído era Gellert Grindelwald, pero estaba de prisionero, y aunque no fuera así ella no creía que pudiera verse así de joven. Entonces, las únicas posibilidades eran que fuera un mago tenebroso que recién surgía y había logrado algo impresionante como lo era meterse a Hogwarts sin autorización muy pronto, que además no fuera purista y fuera muy buen ingeniero o simplemente era algo que su mente no tenía el poder de imaginar, y, el problema aquí, es que el chico se comenzó a mover.

Pelekai se acercó aún más, más sigilosamente y tomó su varita de el bolsillo de su túnica (era un lugar práctico en cuestión de cercanía, pero no en cuestión de que se le podía caer en cualquier momento) y la empuñó en su mano izquierda. Según la vista que tenía la pelinegra de al menos unos seis metros de distancia, el cuerpo se dio la vuelta, y dificultosamente (apoyándose sobre sus manos en el suelo) se levantó.

Lilo pegó un grito, resbaló y cayó de espaldas, y se desmayó.

Resulta que Lilo Pelekai no es muy buena en situaciones de peligro o defensa, por algo casi reprueba DCAO (si no hubiera sido porque Lockhart se fue de clases a último momento...)

EL CIELO ERA CELESTE, los árboles se agrupaban dejando pequeños agujeros que le premitían visualizar el manto zafiro y el sol molestaba un poco sus ojos. Despertaba, supuso.

El problema aquí, es que ni era su cuarto de su casa en Windsor ni su habitación en las mazmorras de Hogwarts. Ninguna de ellas (obviamente) quedaba en el exterior.

Las posibilidades aquí eran que: A) Se hubiera dormido en la torre de Astronomía (lo que era casi imposible, pero quien sabe), B) Estuviera muerta y su cielo fuera una especie de bosque o C) Que se hubiera perdido y luego desmayado/dormido en algún bosque.

Creo que ustedes ya saben la respuesta, pero lo importante es lo que Lilo realmente creyó que pasó, la respuesta B.

Tal vez la de ojos marrones no había recordado lo que había sucedido antes de que se desmayara, tal vez había desarrollado algún tipo de amnesia o tal vez era muy tonta como para desarrollar una respuesta coherente en un momento así.

Miró hacía su costado, y vio unos ojos azul cielo junto a un rostro con algunas pecas y cabello rubio. Aquel parecía ser un rostro tallado por los mismos dioses, y le creería a cualquiera que le dijera que aquella persona era un ángel.

Sonrió.

Rápidamente, le dio un golpe de realidad, como que de repente recordó todo lo que había pasado: se desmayó luego de perderse en el Bosque Prohibido camino a clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, y vio explotar una ''cosa'' para luego idear una teoría tonta en su cabeza.

Entonces, se levantó rápidamente.

Se mareó por el movimiento brusco, y a pesar de que ahora su cabeza golpeada por la caída le dolía más aún que su rodilla, aún le costó un poco caminar o hacer cualquier movimiento con ella. Aún le quedó un poco de razonamiento como para ver su varita un tanto alejada de ella y aproximarse a tomarla, para ''amenazar'' a el chico frente a ella, que no parecía entender nada.

-Que-quedate quieto, tengo una varita y no tengo miedo de usarla.

Bueno, aquello era cierto, pero el escaso conocimiento que tenía en hechizos de defensa hacía que el nivel de su amenaza fuera casi nulo, aunque el contrincante no tenía porque saber eso a menos de que atacara.

De repente, bajó un poco la mirada de la cara del desconocido, y notó un detalle que había olvidado: el estaba desnudo.

-Oh, por Merlín, ¡está desnudo! Okay, Lilo, o te quedas vulnerable ante el porque no puedes verlo o aceptas que tus ojos ya dejaron de ser inocentes.

Murmuró para si misma, destapando sus ojos que anteriormente había cubierto con su mano derecha, y volviendo a apuntar al extraño que la miraba mucho más confundido que antes.

Sin hacer ningún movimiento o decir ni una palabra, no parecía ninguna amenaza. Pero Lilo no podía estar segura.

Levantó aún más alto su varita, y antes de comenzar a pronunciar lo más estúpido que se le pudo haber ocurrido, pensó «antes de morir, deberías rezarle a tu Dios Presley» y dijo:

-¡Aguamen...!

-¡No, no, es Stitch! ¡Stitch no hizo nada malo!

El contrario se cubrió como pudo con sus brazos, y la pelinegra bajo abruptamente la varita.

Stitch parecía nombre de perro.