La mañana era hermosa, los pájaros cantaban, el sol iluminaba toda la habitación de azabache, pero a su parecer hoy era un día horrible, al luz le quemaba los ojos y no lo dejaba dormir, los molesto pájaros hacían demasiado ruido y para remate ese día tenía que ir al hospital para hacerse el examen, tonto y estúpido examen, si tan solo su padre no lo hubiera amenazado con quitarle sus reservas de mermelada de higos él no hubiera aceptado.
Con mal humor se levantó de la cama y se dirigió a la ducha, después de 30 minutos preparándose salió de su cuarto en dirección a la cocina, a pesar de que hace años Ranpo se había ido de su casa todavía extrañaba escuchar los reclamos del mayor al no querer levantarse temprano o las discusiones que tenía con su padre porque este no lo dejaba comer dulces en el desayuno.
Solo se preparó una tasa de té y unas tostadas con mermelada, ese día Osamu tuvo que ir a la universidad muy temprano por una urgencia, dejando toda su confianza puesta en el menor de que podría ir solo al examen sin arrepentirse y dejar todo para volver a casa, no es como si no lo hubiera pensado cuando se enteró de que el mayor no lo acompañaría, de hecho más de un plan se formuló pero todos terminaban con el siendo castigado y es que, a pesar de ya tener 20 años, su padre nunca lo trataría como un adulto y él tampoco se negaría a eso.
La cita en el hospital era a las 3 de la tarde y solamente eran las 10:30 de la mañana así que se puso a preparar el almuerzo, en esos años el había aprendido una gran cantidad de recetas y es que cuando era joven, más de una vez Osamu casi quema la cocina, tantas amenazas de incendio lo tenían hartó, a él y a la compañía de bomberos, por eso, como solución a sus problemas cuando cumplió 15 años tomó clases de cocina, desde ese entonces que Dazai no tocaba un alimento, claro que habían excepciones, como unos días atrás, cuando el ojigris de quedó dormido y despertó con el olor a humo en toda la casa.
Dejó la comida lista, lasaña, al menos si iba a ir al examen mínimo que se diera un premio de consolación, preparo su mochila ya que luego tenía clase en la facultad y antes de salir le dejo una nota a su padre con el tiempo exacto que debía pasar la comida en el microondas para ser calentada.
Las calles estaban un tanto llenas, algunas personas, se dirigían a sus trabajos y otras solo pasaban por el lugar, el hospital quedaba lejos y calculo que si caminaba, el tiempo alcanzaría justo hasi que aceleró el paso, entre la gente logro percibir un aroma familiar, aquel que solo existía en su memoria, tentado por la curiosidad, siguió la fragancia pero al encontrar el proceder de su esperanza su desilusión fue más grande.
- Estúpido... - se replicó - es un restaurante, es lógico que huela así - mientras continuaba reprendiendose algo lo distrajo, el sonido del teléfono que indicada una llamada de su padre.
Contestó
- ¿Dime que estás cerca?, porque enserio, regalaré toda tu mermelada a alguien si no estás en 19 minutos en en hospital.
- Estoy en camino, solo una cuadra y llegó, el almuerzo está hecho, luego del examen tengo clases, llegaré como a las 7, ¿ Cenaremos juntos o tienes que hacer?
- ¿Porque me preguntas si sabes la respuesta? Yo siempre te esperaré, además si me quedo en la universidad probablemente me den más trabajo y no quiero eso, te espero.
- Okey, ya llegué al hospital, deséame suerte y no seas flojo.
- ¡Suerte niño y que no te de un ataque!
- Jaja, muy gracioso, adiós - dijo con sarcasmo.
- Bye
La llamada fue colgada justo a tiempo, se acercó al mesón de asistencia y consulto un par de cosas, se dirigió al piso 5 y espero su turno.
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Un perfecto Omega / Akuatsu/ Omegaverse
FanfictionDesde que fue pequeño lo trataron como un Omega, era prácticamente la nana de su casa, pero al hacerse el examen más de uno queda sorprendido. Su doctor será la fuente de información más importante para él, ellos irán aprendiendo más del otro, confo...