Capítulo Único

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-Mmh

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-Mmh... Te extrañé...

Esa voz profunda e hipnótica, susurrándole esas palabras a su oído, era el paraíso personal de Jeon Jungkook.

-Yo no tanto...

Y esa boca atrevida era el dolor de cabeza de Kim Taehyung.

-Qué haré con esa boca tuya ¿eh?

Kim dijo contra los labios de Jeon, apretando más su cadera contra la del otro, aprisionándolo contra la puerta de la habitación color azul claro. Sus manos viajando por debajo del sweater a rayas rojo y negro de Jungkook, y mierda que le encantaba que el menor no usara camiseta debajo, sintiendo sólo su piel ahora ardiente.

-Follarla...

Jeon pudo articular en respuesta, jadeando al sentir las manos curiosas en su cintura, los labios de Kim en su mandíbula, su cuello y...

Oh. Justo ahí.

Taehyung sabía dónde morder para hacer estremecer a su Jungkookie. Lamió donde había mordido, en el cuello, debajo de su oreja. Y el menor jadeó, sus ojos rodando hacia atrás, sus piernas temblando, su mano derecha atrapando el pelo negro y ondulado de la nuca del mayor.

-A la cama.

Esa voz. Grave y algo ronca por la excitación que Jungkook sabía que le causaba al señor que ahora se estaba desprendiendo el broche de su cinto blanco.

El castaño no dudó en acatar la orden del pelinegro. Mordiendo su labio inferior, se dirigió con pasos rápidos a la cama en medio de la habitación, quitando sus converse en el camino y dejándolas tiradas por ahí.

Gateó en la cama, consciente de que su bien formado culo y sus piernas trabajadas eran la perdición de Taehyung. Y se arrodilló en el medio, sin apoyarse en sus talones, sus piernas separadas.

Y ahora venía una de las partes favoritas de Kim.

Jungkook comenzó a deslizar sus manos desde sus muslos tensos hasta el borde de su sweater, levantándolo con una lentitud tortuosa para el mayor. Sus ojos fijos en los del otro. Ambas miradas irradiando lascivia. Los pezones del menor quedaron a la vista y Taehyung dió un paso hacia la cama, sacando de un sólo tirón su cinto de la cintura de su pantalón gris. El sweater cayó al costado de la cama, el torso de Jungkook desnudo, sus abdominales semi trabajados, sus brazos algo musculosos, esa pequeña cinturita, eran todo una obra de arte ante los ojos de Taehyung.

Su obra de arte, de su colección privada.

Tragó al ver las manos del chico sobre la cama bajando por su torso, mordiendo su labio inferior, acariciándose con la yema de sus dedos, hasta llegar a sus jeans azules y desgastados. Bendita sea la moda de los pantalones con roturas que permitían a Taehyung espiar pequeñas porciones de piel de esas piernas que lo incitaban a morderlas.

Kim&Jeon || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora