Era por la mañana. Se me ocurrió ir a ver a Casey pero preferí esperar al desayuno. Cuando llegué al comedor lo vi y me senté justo a su lado pero él se levantó y se fue a otra mesa. Me quedé un poco pillada al principio pero cuando reaccioné me levanté y me volví a sentar a su lado. El se volvió a ir. Me quedé mirándolo. ¿Por qué me evitaba? ¿Le habrían dicho que se aleje de mí?
Cuando terminamos de desayunar me dirigí hacia él e intenté saludarle pero se puso a hablar con un chico.
Me fuí a mi habitación y al entrar Megan y Susan dejaron de habar, se miraron y salieron. Cogí un libro y empecé a leerlo. Pero algo cayó en las hojas. Agua. Estaba llorando.
Hacía tanto tiempo que no lloraba... le había prometido a Casey no llorar pero, Casey llevaba toda la mañana sin hacerme caso...
Seguí llorando un rato más y después me calmé. Me tumbé en la cama y me puse a mirar el techo pero una fuerte punzada en la cabeza me desconcertó. Me cogí la cabeza con las dos manos pero cesó. Seguro que me dolía de pensar tanto... Después de eso me entró mucho sueño, así que me dormí... Y soñé.
-En el sueño-
Estaba en la habitación vacía, pero con las niñitas y aquella mujer.
Lo haceis muy bien todas- decía la mujer de ojos verdes a las niñas-.
Tita. Sofía no me deja- decía la niña más alta-.
Sofía, deja a Tiara.- dijo la mujer a la niña más alta, la rubita-.
Yo era como un fantasma en aquella escena.
Así que no todas las niñitas eran mis hermanas. De tres por ahora solo dos...
Entonces una niña de once años entró por la puerta. Era delgada, alta para su edad, castaña y de ojos marrones. Me recordaba a... Dios, claro que me recordaba a... Es que era...
Alice. Su hermana la está esperando- dijo la niña que acababa de entrar-.
En seguida voy, Catherine- dijo mi madre y Catherine se sentó en el suelo de madera-.
Alice se fue. A Catherine la conocía desde pequeña... Pero no me acordaba.
La imagen se difuminó y cuando se volvió a aclarar estaba en el jardín del orfanato. De pie debajo de un árbol estaban la reina Cadandra y mi madre.
Estoy harta de repetirte siempre lo mismo, Alice- decía Cadandra-. Tus... Hijas no son normales. Y casarse con un... Plebeyo tampoco lo es-.
Casandra, por favor- decía Alice-.
Entonces vinieron corriendo las cuatro niñitas.
¡Mamá! ¡Mamá!- decían Sofía y la otra niña, Tiara. Es decir, que ellas no eran mis hermanas. Eran mis primas-.
¡¿Por qué Sofía y Tiara estan vestidas de... De...- a la reina Casandra no le salían las palabras-.
Las niñas necesitan un poco de distracción- se defendió Alice-.
¡¿Distracción?!- decía Casandra exaltada- ¡Mis hijas son princesas, no sé las tuyas!-.
Mis hijas son princesas también, Casandra- le replicó Alice-. Pero estoy de acuerdo con mi esposo en que no hay nada de malo en que las niñas se diviertan un poco-.
Diversión...- dijo Casandra-.
Perdonád- dijo Catherin, que había salido de la nada.-. Me preguntaba si-
Mira niña- soltó de un bufido Casandra-. Bastante tenemos con tener que soportarte para que ahora nos vengas con preguntitas tontas-.
¡Casandra!- exclamó Alice-.
La imagen se volvió a difuminar. No tuve tiempo para procesar la información cuando aparecí en una escena diferente. En esta estábamos en un salón de banquetes de un lujoso castillo. Estábamos mis padres, mis primas, mi hermana y mi... Tía con su marido. Catherine lloraba en una esquina de pie. No se movía, no hablaba. Estaba de pie con su vestido blanco suelto y el pelo recogído en una trenza.
La reina Casandra miraba con una sonrisa perversa a mi madre, sentada junto a mi padre, que estaban a punto de tomar un sorbo de su copa. Yo, mi antigua yo, estaba comiendo tranquilamente sin prestarle atención a Casandra, sin prestarle atención a Catherin. Solo yo y mi bistec.
Es muy amable de tu parte habernos invitado a pasar las Navidades en tu reino, hermana- dijo mi madre. Dejando la copa en la mesa sin haberle llegado a poner los labios encima-.
No hay que darlas, querida- dijo Casandra con retintín y aire disgustado-. Pero, por favor. Toma un poco del vino de mi país. Es el más esquisito-.
N-no lo hagais... - Susurró Catherine muy bajito. Pero como era una habitación enorme, se escuchó a la perfección-.
Cállate, niña- dijo Casandra con el tono de voz más odioso que había escuchado en toda mi vida-.
Catherine no dijo nada y siguió llorando en silencio. Alice miro con ternura a Catherine.
Lo que te decía- siguió Casandra-. El mejor vino de todos. Probádlo. Tu también, kevin-.
Entonces lo comprendí. El vino estaba envenenado. Pero ya era tarde, solo conseguí ver a mis padres tirados en el suelo antes de que cambiara de escena.
En esta escena estaba yo, en un salón grande, con Casandra.
¡Niña maldita!- gritaba Casandra a mi antigua yo- ¡¿Por qué eres tú la que heredará mi trono cuando yo muera?!-.
Porque mis primas, Sofía y Tiara, murieron hace una semana- dije sin sentimientos en los ojos-. Yo soy la siguiente en la línea divisoria, mi hermana Raquel es más pequeña que yo-.
Me quedé asombrada por aquella respuesta. ¿En serio aquellas palabras habían salido de mi boca? Para tener cuatro años fuí una niña muy bien preparada.
¡Pero tu madre está muerta!- dijo Casandra- ¡Sus tierras me pertenecen! ¡Channep y Uriumn son míos! ¡Míos!-.
En aquella escena había alguien más. Detrás de la puerta entre abierta había una niña castaña. Catherine.
¡Mentira!- soltó de repente la pequeña Catherine-. ¡Usted asesinó a sus padres! ¡Y esa ley no sirve en éste caso puesto que se sabe que los reyes de Uriumn fueron asesinados! ¡Y tengo pruebas de que fué usted!
¡Niña insolente!- gritó Casandra cogiendo a Catherine por la oreja-.
-Fuera del sueño-
Me desperté de un respingo. Ese sueño no había sido un simple sueño, había sido un sueño posmonitorio, es decir, un sueño que te muestra el pasado. Era recuerdos míos olvidados. Olvidados por culpa de mi enfermedad. Pero eso no era lo importante ahora...
La reina Casandra es mi tía...- dije con las manos en la cabeza-.
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DAPHNE [sin editar ni corregir]
FantasySe acabó el llorar. Estaré condenada al orfanato pero no puedo más. La soledad se ha convertido en mi compañera. Destinada, me dijeron, a algo extraordinario. Vamos a dar a entender ese algo. // Portada por mí.