Volviendo a los origenes

1 0 0
                                    

España...Tenia que ser España, menos mal que mi tio se escabulló y no lo encontre hasta la hora de irnos le hubiese retorcido esa nariz y le hubiese hecho enfrentarse a la albóndiga que teníamos por vecina... Le quiero pero por cosas así que el amor paterno-filial que tenemos es tan austero y básico.

En fin,  como no,  me toco largarme del lugar que consideraba mi hogar y al que empezaba a pillarle el gusto para desplazarme a una ciudad de España situada en la costa mediterránea, Gandia,  en la comunidad valenciana. La verdad no es que estuviésemos en una gran urbe en desarrollo,  pero se le consideraba un ciudad moderadamente grande (por no decir pequeña) Era agradable estar en aquella ciudad,  tenia los lujos d una pero con menos personas que una grande...

Lo bueno,  no tenia q aprender un idioma nuevo ya que me había esforzado por aprender mi idioma natal en nuestros viajes (era un tanto chapucero y aun sigo teniendo una variedad de acentos bastante pronunciados y diversos pero no se m daba mal,  me consideraba un "no-tan-español muy español"), lo malo, tenia que aprender a moverme por la ciudad sin perderme...  Y pequeña o no,  una ciudad es una ciudad y por lo tanto tiene una cantidad absurda de calles.

Bueno por ahora nos saltaremos esa parte donde explico lo difícil de aprender a desplazarme y mimetizarme con los demás españoles. Vamos a la parte jugosa e interesante,  el instituto,  el centro de todo socialismo juvenil... Y el lugar mas terriblemente cruel del mundo,  en un principio debí haber perdido ese año que abandone en noruega,  pero por suerte mi tío tenia contactos y consiguió que pasaran por alto ese pequeño dato,  dejándome pasar al ultimo año y al que mas deseaba entrar a mis quince años.

Pasaron tres meses antes de comenzar a buscar alguien con quien hablar y mi búsqueda comenzaría cerca de mi nuevo hogar.

- Conque de noruega eh? -Nathan,  un tanto pijo pero buena persona, parece alguien simple pero me cae bien- y como es que dejaste ese país para venir aquí? -preguntó con esa curiosidad típica de alguien que quiere ver mundo solo para no ver España-

- Ya,  bueno... No es como que quisiese,  es más,  me hubiese encantado seguir allí no sabes lo deliciosos que es el tiburon ballena seco... -en realidad no os aconsejo ni olerlo,  hasta los noruegos saben lo apestoso y asqueroso que es,  solo algún estúpido y valiente idiota es capaz de comerlo, para ser breves es tiburón podrido seco y salado con un olor nauseabundo-
-Ya claro... - suspiró intuyendo mi sarcasmo-y yo me lo creo

- vale me has pillado-dije haciendo un gesto de dejadez- pero siendote sincero no m hubiese importado acabar el año allí...  Es un asco tener tanto tiempo libre que desaprovechar

- Si?  Venga te lo cambio! -sugirió,  su tono realmente me provocaba en pensar que quería hacerlo,  pero sabía que seria imposible-Lo que daría por tener una sola semana de descanso de esa pila de libros... Maldita historia,  ciencias,  mates...  Y en resumen todo estudio q no sirve de nada salvo torturarnos de esa mala forma!

-Nathan sabemos cuanto odias estudiar...  No hace falta q nos lo recuerdes sabes? -suspiraba Victor tras el, sinceramente podría decirse que llagaba a candidato a mejor amigo,  compartía mis gustos,  no solo por las series de anime, si no por como era, simplemente me agradaba hablar con el y no sentirme ta acomplejado que cuando hablo con otro de mi edad-

Así fue como empezamos en realidad,  Nathan vivía un piso mas abajo del apartamento donde "convivía" con mi río (y lo pongo entrecomillado por el simple hecho de que el desaparecía y aparecía durante periodos aleatorios y largos, no se como le concedieron la custodia de un niño de 5 años a tal hombre), Victor en cambio vivía dos manzanas mas allá, le conocí en una visita a una tienda de videojuegos,  cuando intentaba discutir con el encargado que no podía juntar las figuritas de pokemon con digimon en la misma clase, lo único malo de ese día fue que me hecharon de una patada y no pude volver a entrar en un mes...

Conocí a mas personas,  como Patricia mi vecina del piso superior,  una mujer de unos vente años tan fascinante como su interés por el mundo extrasensorial, si no fuese por lo escéptico que soy con lo religioso me habría encantado discutir con ella algunos temas. También están Ricardo, Ivan y compañía, un grupo de energéticos y variados adolescentes con los cuales me junté porque Vic les conocía,  me caen bien...  No se como acabaré con ellos así que prefiero no hacerme demasiada ilusión,  sin embargo es muy agradable hablar con ellos.

La mano blanca: Memorias del cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora