Los Kim acaban de llegar a la capital y sus vecinos, los Park, les han dado una hermosa bienvenida. Aunque son polos opuestos, las familias tienen una gran química.
Parece que Namjoon no puede pensar en otra cosa que no sean sus estudios, hasta que...
~Cariño, comienza subiendo tus cajas, tu padre y yo nos encargamos del resto...
Dijo la mujer, mientras junto a su esposo conversaba con los hombres que conducían el camión de la mudanza. El hijo tomó una de las varias cajas con su nombre rotulado que ya habían descargado y miró de frente la casa que sería su nuevo hogar por unos segundos antes de entrar.
De inmediato un curioso olor a pintura fresca, yeso y polvo le inundó las fosas nasales, arrugó la nariz para no respirar tan profundo y terminar estornudando, caminó por el recibidor hasta dar con las escaleras que lo llevarían al segundo piso, por lo que había escuchado quería pensar que este sería casi por completo para el, pues la habitación de sus padres estaba en el primer piso, el estudio de su padre también y en el segundo solo estaría su habitación y el cuarto de visitas que usarían como bodega personal.
Namjoon subió los escalones de madera pulida con cuidado, llevaba una caja entre lo brazos así que no podía ver muy bien por dónde pisaba, logró llegar arriba a salvo y puso la caja a un lado para acercarse a la primera puerta.
Tenía que escoger cuál habitación haría suya y cuál dejaría como bodega. La primera opción era espaciosa, cuatro simples paredes grises con un techo alto y un ventanal que daba al pequeño jardín de la parte trasera de la casa, en realidad no estaba nada mal pero tenía un clóset instalado al fondo, cosa que le quitaba un poco de espacio vital, y no es que tuviera demasiada ropa —como su madre— como para llenar siquiera la mitad.
Salió del cuarto para ir a la puerta que se encontraba al otro extremo, giró la perilla y entró en la recámara. Aunque era igual que la primera, a simple vista parecía tener dos o tres metros cuadrados menos que la anterior, pero aquello se compensaba pues no tenía nada más que un rústico escritorio que le vendría perfecto, se acercó un poco al ventanal que había y noto que éste era una puerta, había un pequeño balcón en el que apenas cabrían dos personas, asomándose pudo notar que daba hacia la calle principal.
Lo había decidido, esa sería su habitación.
Trajo la caja que había dejado en el suelo, eran sus cosas más "Importantes" : Su computadora y su equipo de grabación —que tan solo contaba con un micrófono, su antiviento, una mezcladora sencilla, y sus audífonos de cancelación de sonido—. Lo dejó en el escritorio y tras mirar alrededor del cuarto una vez más, bajó de nuevo para traer el resto de sus cajas
En apenas dos horas había terminado de subir todas sus pertenencias, lo más difícil había sido cargar unas seis o siete cajas llenas a tope con libros y libretasy tuvo que tomarse un largo descanso después de ello.
Poco después, el equipo de mudanza subió la cama del chico quien se hizo a un lado para ni estorbarles, les indicó donde la pondrían y en cuanto estuvo lista se sentó en el colchón con un suspiro de cansancio
~Me duelen los brazos...
Cerró los ojos un par de segundos, tan solo para disfrutar del suave murmullo de afuera, el viento estaba pasándose suave entre las hojas de los árboles, silbando entre las casas y golpeando a su ventana como si quisiera saludarlo y darle una fresca bienvenida a la ciudad.
Cuando los abrió miró hacia el balcón, se puso de pie para acercarse a el otra vez e intentar abrirlo, cosa que logró en cuestión de segundos y pudo salir para respirar un poco del fresco aire de la tarde.
Miraba los pájaros revolotear en el árbol junto a su nueva casa, su suave canto parecía hacer eco en aquel tranquilo cul-de-sac, pero pronto algo más llamó su atención.
♡
Justo frente a él, del otro lado de la calle se alzaba una casa de aspecto más moderno. Aunque la casa no era el centro de su atención, si no lo que vió tras una de las ventanas del segundo piso, estaba abierta, con las cortinas corridas de modo que podía ver el interior de la habitación, paredes de color durazno tapizadas de lo que parecían ser pósters —que no alcanzaba a distinguir de que eran—, una cama bastante grande al centro con una cómica montaña de ropa apilada sobre ella, su vista no podía discernir entre detalles pero podía notar que aquella chica tenía un auténtico desastre en su habitación, el suelo parecia tapizado de lo que creyó eran zapatos y quizás basura.
Vió como una puerta se abrió y casi se ahoga con su propia saliva cuando pudo ver un cuerpo desnudo entrar en aquel campo minado, un cuerpo de radiante piel blanca y precioso cabello rosado ahora se paseaba alrededor de la cama, lanzando por aquí y por allá la ropa, parecía que estaba escogiendo prendas. Namjoon dejo salir un suspiro involuntario, esa vista le había robado el aliento y de repente sentía la boca seca.
Sabía que estaba mal, oh claro que sabía, pero simplemente no podía obligarse a mirar a otro lado, sus ojos viajaban de arriba a abajo de ese bello cuerpo contoneándose frente a sus ojos, tenía unas caderas anchas, una cintura envidiable y una espalda delicada, piernas largas y torneadas, brazos firmes y delicados.
~M..mierda...
Se escuchó a si mismo decir y, como si fuera un mal chiste, a quien estaba espiando se giró hacia la ventana, casi como si hubiese podido escuchar ese murmullo y miró a Kim con sorpresa.
~¡Fuck!
Joon se metió a la habitación de nuevo, escondiéndose tras la pared donde no le verían mientras respiraba agitado por el subidón de adrenalina, tras intentar regular su respiración que se había vuelto un caos, bajó la mirada solo para descubrir un nuevo problema, ahora en sus pantalones.
Considerando la situación podría llamarse algo completamente normal pero Nam sabía que tenía un problema porque...
Era la primera vez que tenía una erección..
..por haber visto a otro hombre desnudo.
♡
Estaba pasmado, atrapado en una maraña de pensamientos confusos sobre lo que acababa de pasar, para su suerte, el grito oportuno su madre, escaleras abajo, lo saco de su estupefacción.
~¡Joonie, cielo. Baja por favor!
El nombrado agitó un poco la cabeza para intentar concentrarse en que "su problema" desapareciera. Se agradeció por haber elegido llevar pantalones deportivos, así solo acomodó su anatomía un poco dentro de la ropa interior y estuvo listo para bajar.
Fue a la entrada de la casa, de dónde había venido la voz de su mamá, encontrándola afuera charlando con una mujer desconocida.
~¿Si, ma'?
~Ah, Joonie... Ella es la señora Park
La extraña esbozó una suave sonrisa antes de hacer una pequeña inclinación con la cabeza a modo de saludo.
~Soy Park Hye Na, la vecina... Estaba hablando con tu madre de lo emocionados que estamos por tener nuevos vecinos...
Joon escuchó a la mujer, pero en algún momento desvió la mirada por un segundo hacia el segundo piso de la casa de enfrente, notando que, la ventana de antes ya estaba cubierta por una cortina color café y suspiró levemente con preocupación.
~¿Porque no vienen a comer algo? Mi esposo está haciendo lasaña, y le queda espectacular...
~¿E..en serio? Suena muy bien, Nam, ve y dile a tu padre que iremos a comer a la casa de enfrente
El nombrado que, hasta ahora no estaba poniendo mucha atención, de repente abrió los ojos con sorpresa y el corazón le cayó al estómago.
~¿En... frente?
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•AHHH tienen un buen que no escribía, siempre quise hacer nammin :C así que espero que disfruten esta historia porque le estoy poniendo mil y uno de amors uwu•
