Afrodita caminó sigilosamente por el Coliseo, muchos aspirantes a caballeros estaban entrenando en el lugar, había inclusive más aspirantes que en la época en que él era también un aprendiz. Les dedicó una mirada de suficiencia, para él no eran más que insectos desesperados por no convertirse en la presa de alguien más; y ante él, un caballero dorado de las 12 casas de Athena, unos patéticos desechos de basura.
Mientras utilizaba su cosmos para oír conversaciones, uno de los guerreros fue arrojado con gran fuerza cerca de donde él estaba, levantando una gran cantidad de escombros y polvo.
- ¿Cómo te atreves?- dijo Piscis mirándolo con una sombría aura
- Oh, lo siento. ¿Te ensucié, niñita?- se burló el aspirante mientras se levantaba sacudiendo adrede más polvo
Afrodita sonrió lentamente y pasó por delante de aquel hombre con gesto delicado, acariciando su propio cabello con autocomplacencia. Luego lo miró por encima del hombro con una sádica sonrisa, para contemplar cómo caía al suelo muerto y a su lado una hermosa rosa roja clavada como un filoso cuchillo.
- Dulces sueños, basura ignorante- murmuró imperceptiblemente
Siguió su camino hasta la entrada de las 12 casas donde Deathmask estaba esperándolo acostado bajo uno de los árboles del lugar. Afrodita pasó sin siquiera mirarlo, no tenía intención de detenerse a hablar con él en un lugar tan expuesto, en vez de eso utilizó su cosmos para poder transmitirle lo que pensaba.
- ¿Has averiguado algo?
- Nada aún- contestó despreocupado
- Eres un bueno para nada- le regañó con desprecio- de seguro estuviste perdiendo el tiempo
- Cierra la boca, ¿acaso tú averiguaste algo?
- Para tu vergüenza sí- dijo mientras se daba vuelta y le clavaba la mirada- ve a la taberna de Rodorio en la noche y compartiré la información que tengo. Procura ser cauteloso.
Al caer la noche, Afrodita se dirigió a la única taberna que existía en el pueblo de Rodorio, era un lugar sumamente frecuentado por todos los soldados, aspirantes y caballeros. Era el lugar más indicado para verse con Deathmask sin levantar sospechas, ya que el alcohol hacia que todos se volvieran más estúpidos e insignificantes; así como también un buen lugar para recabar información de los que soltaban la lengua por la bebida.
Al entrar se sentó en una de las esquinas a esperar pacientemente la llegada del caballero de Cáncer, quien como de costumbre se hizo esperar más de la cuenta hasta aparecer allí. Acto que ya había puesto de mal humor al bello Afrodita.
- ¿Por qué no has pedido una cerveza?- dijo Deathmask sentándose frente a él- estoy muerto de sed
Piscis lo miró con gesto asesino
- Cantinero- gritó exageradamente- dos cervezas- y dirigiéndose a Piscis acotó- yo invito, aunque si no la quieres no importa, con gusto me la beberé yo.
- Te recuerdo que hemos venido aquí por algo serio, no para ser como todos estos patéticos gusanos
Deathmask hizo un gesto desinteresado, obviamente no se sentaría en una taberna sin pedir algo para refrescar su garganta. Por su lado, Afrodita no dio más rodeos y compartió la información que tenía con él para ponerlo al tanto de la situación antes de que esas cervezas lo emborracharan y se convirtiera en un idiota sin cerebro.
- ¿Y tus fuentes son fiables?- preguntó dudoso
-Por supuesto, ¿por quién me tomas?- dijo ofendido y agregó- ¿qué piensas hacer al respecto?
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La armadura en mi corazón
RomanceLuego de un tiempo de ausentismo en el Santuario, Death Mask vuelve a pedido de un compañero; pero se encontrará con algo más que los frondosos cambios en el templo de Atenas. Una persona de su pasado vuelve a hacerse presente en su vida y entonces...