~°•This Is Love?•°~

Prólogo

Y ahí se encontraba, recostado observando hacia la nada, recordando una y otra vez aquella peculiar pregunta.

-¿Por qué eres tan amable conmigo Chess?-Preguntó aquel rubio con una gran curiosidad, desde aquel día en los contenedores de basura donde se conocieron, el antes mencionado había tratado tan bien de Sebastian y este no dejaba de preguntarse el porqué, pues si bien recordaba él trataba de alejarse cada que le hablaba.

- La verdadera pregunta aquí es, ¿por qué no lo seria?-Repuso el castaño sonriendo,desde el inicio se había interesado en el rubio, notaba algo peculiar en él, sabía que en esos brillantes ojos azules había algo más que un simple chico millonario y experto en el violín. En sí no tenía una razón clara.

¿Cierto? Al pensar más en una respuesta concreta y no obtenerla, poco a poco comenzó a conciliar el sueño, sus párpados se hicieron cada vez más pesados hasta cerrarse completamente, esta noche él dormiría bien, no vería a Glam hasta pasado mañana y su madre no se encontraba en casa pues salía una vez a la semana de noche, decidió que dormir le haría encontrar una respuesta clara o simplemente dejaría de pensar en ello pronto, pero escuchó golpes en la puerta de su casa rodante, eran desesperados, no muy agresivos pero eran demasiados.

-¿Qué mierda?-Volteó la mirada a un viejo reloj que tenía cerca de su cama, era media noche, se levantó preguntándose quién podría ser, sabia que su madre no llegaría hasta la noche siguiente y nadie más los visitaba. Abrió la puerta lentamente y se encontró con Glam,este se encontraba llorando y con toda su ropa mojada por la lluvia que hace unos minutos se había detenido.

Chess abrió sus ojos con sorpresa, sabia que algo malo había sucedido y solo podía imaginar lo peor.

-¿Puedo...Pasar?-Preguntó el rubio con su voz quebrada. Se escuchaba tan frágil,tan roto, pero sobre todo asustado.

El ambiente era algo "incomodo" Chess no sabía como preguntarle a Glam lo que le había sucedido, no quería molestarle y mucho menos obligarle a contarle todo si este no quería. Pensaba que darle su tiempo y espacio sería lo mejor. Glam había tomado un baño para relajarse y cambiarse la ropa empapada, tomo unas cuantas prendas que el castaño le ofreció, como era de esperar estas le quedaron algo grandes, pues su confección era más delgada que la de su amigo.

Nuevamente Chess se recostó en su cama, quería dormir un poco, pero la situación no se lo permitía, no sabía que hacer. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió la mirada del rubio de ojos azules que se encontraba parado enfrente de él.

-¿Estas bien?-Pregunto el castaño asustado, pero Glam solo ignoro la pregunta, se acercó a él y lo abrazó con todas sus fuerzas y a los pocos segundos comenzó su llanto. El castaño correspondió a su abrazo y comenzó a consolarlo, acariciando su espalda con una mano y con la otra sus cabellos rubios, se sentía realmente mal por su amigo, sentía que debía hacer algo.

-Padre lo descubrió todo
...-Comentó Glam entre sollozos, el castaño solo pudo sentir un escalofrío ante esas palabras, tenía una mínima idea de lo que vivía Glam y eso era lo suficientemente como para saber que él sufría bastante.-Ya no tengo hogar Chess, padre no me volverá a aceptar... Yo-.

-¿De que hablas? Aquí tienes un hogar, puedes vivir conmigo, no creo que a mi madre le moleste o que incluso lo note, no estás solo Glam, me tienes a mi... Siempre me tendrás...-Aquellas palabras calmaron las lágrimas del rubio y este sonrío conmovido, todo ese día había sido demasiado agotador, poco a poco en lo que se calmaba, comenzó a dormirse en el pecho de Chess, pero no antes de agradecerle en un susurro.-Gracias-.

Por alguna razón Chess no se sintió incómodo ante la situación, tomó una sábana y ambos se encontraban bajo de ella, la noche era demasiado fría y silenciosa y de alguna manera se sentía bien, sabía que ninguno de los dos estaba solo, puesto que el uno estaría para el otro.

¿Cierto?

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