Si hay algo que Iwaizumi realmente odia, son los berrinches del castaño, o por lo menos eso decía él. Oikawa siempre hacia berrinches para conseguir lo que quería, pero está vez se acabó no aceptaría más berrinche de parte de su novio
—¡Iwa-chan, Iwa-chan!, ¡Mira!
Chillo emocionado el castaño entrando a la casa en la que ambos vivían mientras sacaba un DVD de su mochila
—¡Un documental de aliens!
—¿Y?
Pregunto sin tomarle importancia mientras picaba la zanahoria para preparar la cena
—¡Veamosla! La señora no me la quiso rentar, así que tuve que comprarla
—No, estoy haciendo la cena
—Entonces después de cenar
—No, después debo ducharme y ponerme a estudiar, tengo examen mañana, en unos meses más sabré si conseguiré mí título o no
—Pero Iwa-chan..
Susurró el castaño triste y haciendo labios de pato, esas muecas que siempre hacia para conseguir algo
—Dije que no
—Vamos..daddy
Susurró con los ojos aguados y la boca entreabierta simulando estar apunto de llorar, su arma mortal, ese tipo de berrinches obsenos y nada inocentes que solía hacer cuando su primer berrinche no le resultaba
—Bueno
Suspiro cansado Iwaizumi haciendo a su novio saltar de la emoción
"Bueno..a fin de cuentas podría ducharme en la mañana y ya eh estado estudiando una semana para el examen...además a fin de cuentas este tonto me contagio su peculiar gusto por documentales de..¿De que era?"
Excusas, nada más que simples excusas que inventaba en su cabeza, no quería admitir ni aceptar el hecho que los berrinches de Oikawa tenían un gran efecto en él
Luego de la cena ambos se pusieron pijamas y se tiraron en el sillón con una manta a ver el documental de aliens que tanto querían ver
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Al día siguiente Iwaizumi estaba en blanco sentado en medio del aula
"..¿Estudie esto?"
Se pregunto a si mismo, justo la única parte que no alcanzo a estudiar era la crucial para poder responder todo el examen
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—Vamos Iwa-chan, acompáñame a la convención de aliens. No te cuesta nada
Chillaba el castaño sacudiendo el brazo de su novio
—No puedo, tengo cosas que hacer. Ve con los Matsukawa
—Pero sabes que tú eres el único con él que no me siento avergonzado al estar en una convención de aliens... Vamos, ¿Si?
Pregunto el castaño con una cara de pato, otra vez ese berrinche, ese puto berrinche que lo hacía caer a sus pies, pero no, estaba vez ya no
—Bueno..en la cena podríamos pedir a domicilio, el proyecto que tengo que entregar es para dentro de una semana y mí rutina de ejercicios de dos horas podría dejarla por hoy, dicen que está mal hacer deporte todos los días de la semana..bien, iré contigo
—¡Gracias Iwa-chan!
Chillo como un niño pequeño y subió corriendo las escaleras en busca de su kigurumi de aliens
