Capítulo 3: Aria

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Cerré la puerta de mi habitación, recargué mi espalda y cerré mis ojos intentando controlar el torrente de emociones que fluían de mi, suspiré cansada cuando me di cuenta de que esa noche no podría dormir bien. Ya fuera una broma de los dioses o una simple coincidencia, el que guíe a mis hermanos a través del bosque de Montier era lo menos que quería hacer en estos momentos, desde que me abandonaron hace cuatro años me  había hecho la idea de que no los vería nunca más ya que no había recibido ni siquiera una carta para saber si se encontraban bien, el coraje de ello me motivó las veces que creía que me iba a dar por vencida, supongo que de manera inconsciente quería demostrar que podía sobrevivir sola, solo que no sé si a ellos o a mi.

Me separé de la puerta solo para acercarme a la ventana, la noche de hoy era hermosa, la luna brillaba intensamente y la nieve daba la sensación de que las estrellas caían en forma de copos, acumulándose donde podían, solté otro suspiro y me recosté en la cama, dejando derivar mi mente en los recuerdos del pasado.

《El sol quemaba mi cara directamente sin contemplaciones, no podía dejar de preguntarme porque un dios me odiaría tanto como para dejarme sobrevivir a todo eso en cuestión de días y después evaporar la poca vida que me quedaba, aunque sentía un horrible dolor por todo el cuerpo, un entumecimiento se había establecido hace un tiempo, no sabía exactamente hace cuánto, lo único de lo que si estaba segura es que ya habían pasado tres días desde que eso ocurrió, una lágrima se me escapa al recordarlo por milésima vez. Con la poca energía que me quedaba, moví mi cuerpo para quedar de lado, la falta de comida y agua que no sea salada estaba acabando conmigo, durante el día sufría por el sol, quemando mi piel y evaporando poco a poco el agua de mi cuerpo, por las noches sufría del frío acompañado por la brisa que levantaba el viento, aunque me abrazara y encogiera mi cuerpo, el vestido ligero que llevaba no me ayudaba para nada.
Mis ojos me pesaban de cansancio, sabía que no era sueño, pesaban de un cansancio diferente, uno que me daba miedo pero a la vez me llamaba casi como canción de cuna. Logré despejar mi mente cuando escuché pasos, solo ahí noté que la barca en la que me encontraba ya no se balanceaba con las olas del mar. Alimentándome con esperanza, tomé la poca energía que me quedaba para intentar gritar, pero lo único que salió de mi garganta fue un susurro que se ahogaba en mis oídos al ser llamada con más fuerza por el sueño. Inesperadamente, una voz infantil pero autoritaria me pedía despertar, lo último que sentí fue que me cargaban, tal como lo hacía mi padre y se encaminaban al lugar al que llamaban "seguro"》

Me desperté sobresaltada y bañada en sudor, sin darme cuenta me había quedado dormida, restregué mis ojos y estire mis brazos para intentar quitar el remanente de esa sensación de cansancio. Después de una rápida ducha y haberme vestido con ropa abrigadora, me coloqué mi capa, para poder así bajar por algo de comida y emprender el viaje.

Toque la puerta de la habitación donde se habían quedado, esperando una respuesta para entrar, al no obtenerla, abrí un poco la puerta para confirmar mis sospechas; ellos seguían dormidos, o al menos tres de ellos pero ¿Dónde estaba el otro?
Sin dedicarle otro pensamiento, me decidí a esperar mientras tomaba mi desayuno en el patio con tranquilidad, no obstante, cuando estaba por llegar  noté la puerta entreabierta y enseguida me puse alerta, pegué mi cuerpo a la pared, cuidando de no tirar lo que tenía en las manos, y lancé vistazos a todos lado para ver si habían huellas que me indicara que alguien entró a la casa pero no fue así, por el contrario, alguien había salido, no tuve que adivinar quién era y atar cabos sueltos, ya que al acercarme un poco más pude observar quien había sido, uno de los viajeros se encontraba parado, observando ensimismado como el sol salía de su escondite detrás del horizonte. La luz le daba a su piel un tono aún más bronceado y destacaba las tonalidades rubias de su cabello, el cual mantenía peinado hacia atrás con algún material de consistencia rígida, añadiendo años a su apariencia, ladee mi cabeza mientras pensaba en la razón que tendría para hacer eso, pero al darme cuenta de que lo había observado por demasiado tiempo para mi gusto me enderece y di media vuelta decidida a tomar mi desayuno en otro lado.

Menos de media hora después, con bolso en mano y después de haber desayunado todos, estuvimos listos para emprender el viaje a través del bosque, observé a los cuatro hombres esperando que tuvieran la experiencia suficiente como para no retrasarnos, quería terminar con esto lo más pronto posible para regresar y continuar como si nunca hubiera pasado.

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⏰ Última actualización: May 25, 2020 ⏰

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