Al viento diré, que me lleve hacia ti, pues donde tú estés estará mi hogar.
Es difícil estar lejos de casa, comenzar una buena vida en otro país pero si encuentras a las personas indicadas, hacen sentirte en casa.
—¡Cariño! ¿Qué haces aquí? No podemos vernos antes de la boda...—Samuel se escuchaba preocupado.
—¿Podemos hablar un momento a solas?.— Nos fuimos al baño de su habitación.
—¿Qué pasa? Te ves muy hermosa, aunque estemos rompiendo la tradición...
—Ay me vale verga la tradición, se que odias que diga groserías pero no importa, escucha, Samuel necesito que me hables con toda la honestidad y con el corazón ¿Tu me amas?
—¿Pero que dices? Claro que si, si no me estuviese casando contigo ¿A ti que te picó?.— Mierda será más difícil de lo que pensé, pero necesita hablar, solo tenia que decirlo desde lo más profundo de mi corazón.
—Samuel, fui a las Filipinas a buscar paz y te encontré a ti, jamás pensé que estaría tan enamorada de ti, adoro cuando me despiertas con besos, cuando me cocinas, cuando veías naruto conmigo aunque no entendías ni madres, había encontrado a mi persona...ay puta madre hasta te ves guapísimo vestido así.— Empecé a llorar.
—Cariño, desde el momento que vi supe que quería tenerte a mi lado, por eso quiero que seas mi esposa, aún que rompas las tradiciones.— soltó una risita, ay Samuel, me odiarás después de esto, no puedo subirme al tren.
—Samuel, eres un gran hombre, un gran compañero, yo se que serás alguien maravilloso, por eso mereces a alguien mejor, porque yo no soy esa persona.— Me saqué el anillo y se lo di.
—No, mira se que tienes miedo, pero vamos a arreglar esto cariño...— Lo tuve que interrumpir.
—No, Samuel, no quiero ser el mayor error que hayas cometido, quiero que seas feliz de verdad, perdóname por hacerte esto, gracias por todo.— Le di un beso en los labios y salí del cuarto.
Busque a Ismael, le había pedido mis cosas y me las entregó.
—¿Les dijiste a mi familia?.— Me solté el cabello y Ismael me dio las llaves de mi carro.
—Si, tu madre se desmayó ¿Le has dicho?.
—Si, es mejor no saber su respuesta, me tengo que ir antes de Samuel traté de buscarme, distraerlo.
—¿Y a donde irás?.— Le di un beso de despedida, escuché que una puerta se abría podría ser Samuel, salí corriendo.
—Iré con mi persona.— Seguí corriendo sin mirar atrás, pude salir del castillo, estaba nevando para mi mala suerte pero no tenía tiempo.
(...)
Al fin pude llegar a la ciudad, aún recordaba la casa de Rubén, espero estar a tiempo.
Si, estaba corriendo en el edificio de Rubén con vestido de novia, al punto de buscar a mi hombre, si, estoy un poco loca. Llegué a su puerta, toqué varias veces la puerta hasta que Raúl abrió.
—¿_____? ¿Qué haces aquí? No deberías...— Raúl apenas podía hablar.
—No me casé...creo que acabo de hacer la mayor pendejada de mi vida.— Reí nerviosa.
Raúl me dejó pasar, Raúl no encontraba las palabras para expresarse.
—_____, Joder, en que lió...
—No, cállate, soy una pendeja, estoy enamorada de ti, creí que mi destino era estar con Samuel, casarme, tener un hogar y hijos con él pero...No, quiero hacer eso contigo, ahora estoy haciendo el ridículo con este vestido ridículo.
Mierda, planté a mi ex prometido en el altar y ahora estoy con un chico declarándome mi amor, vaya que ya tengo dignidad.
—Yo pienso que te ves preciosa , pensé que iba estar con Sara, que me casaría con ella y tendría una hija con ella, pero ninguna de los dos. Más bien, yo soy el que estoy haciendo el ridículo.
—No, soy yo por venir así vestida.— Raúl me interrumpe.
—Porque el amor de vida parece toda una princesa mientras yo estoy con una sudadera y sandalias, creo que debería ponerme algo más decente.
—Oye, no, iré a quitarme esto...
—Pero llegaremos tarde a nuestra boda, espera.— ¿Espera, nuestras boda? Raúl se fue a cambiar y abre una pequeña caja.
Coloca el anillo en mi dedo, era el anillo que le iba a dar a Sara, era precioso.
—Creo que merecéis esto más tú que cualquier chica, quiero hacer esto oficial, nada de gilipolleces.
—¿Estás seguro de esto? No tienes porque hacer esto ahora, Raúl yo...
—Creo que yo también cometeré una pendejada.— Dijo y nos besamos, Salimos de la casa para ir al registro civil.
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¡PRÓXIMAMENTE CAPÍTULO FINAL Y EPÍLOGO! ¡YA ESTÁ DISPONIBLE LOS DOS PRIMEROS CAPÍTULOS DE "las luces de esta ciudad"! Espero que les guste y que la puedan apoyar 💜🥺
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