¿Y qué no daría?

Enamorada.

Eran las tres y media de la tarde, y Malú, como cada día, salió a pasear a sus perras, Danka, Lola y Rumba. Pero ella no era consciente de que aquel día le iba a pasar algo, algo que le cambiaría la vida de un momento a otro. Ese día conocería a Carlos, un chico joven, de apenas 30 años, dos menos que Malú.
Malú va caminando, y de repente se choca con un chico:

Carlos: Pero... ¡Si eres Malú!

Malú: Sí, -Ríe-, perdón por chocarme contigo, es que esto de estar mirando todo el rato el movil no es bueno...

Carlos: No pasa nada, perdóname a mi, que estaba mirando y con un despiste me he chocado, ha sido mi culpa.

Malú: No te culpes, no ha sido culpa de ninguno, y ya esta.

Carlos: Tienes toda la razón... ¿Quieres subir a mi casa? Está aquí al lado...

Malú accede a ir a casa de Carlos, a pesar de que no se conocen de nada.
Allí, comienzan a hablar, para conocerse, ya que Carlos es muy fan de Malú, y siempre ha querido conocerla personalmente, y no va a dejar pasar esta oportunidad.

Carlos: ¿Quieres tomar algo?

Malú: No, muchas gracias.

Carlos: ¿Seguro? Ya sabes que si quieres algo solo tienes que pedírmelo...

Malú: Lo se, y digo lo mismo, pero creo que me iré dentro de nada, que voy a comer un poco tarde...

Carlos: Vaya... -dice con tristeza- Pues ya nos veremos otro día, ¿no?

Malú: ¡Pues claro!

Carlos le da su número a Malú, ella lo guarda en su agenda del móvil.

Narra Malú:
Nunca pensé que existiría el amor a primera vista, pero hoy, he comprobado que sí, existe. Carlos es mi chico ideal, solo con verle, olerle, conocerle, aunque sea un poco, ya me he dado cuenta, pero... ¿Tendré razón? ¿Será mi chico ideal de verdad? ¿Y si el no siente lo mismo que yo? Me pregunto. Estoy muy insegura, no me suele pasar esto...