Capitulo 5: Amenazas extrañas y pequeñas.

24 2 0
                                    

Muy en el fondo podía sentir lástima por alguien, pero ver como una lágrima se derramaba por sus mejillas era una rabia y pena incontrolable. Salí de la habitación precipitada, intentando borrar esas imagenes en las que debia sentir lastima, lo peor era que queria y no queria sentir lastima, a veces eso podia conmigo.

En mi habitación tome un bolso verde oscuro el cual me acompañaba a todas partes, al igual que el arma en un estuche en mi muslo derecho.

-¿A dónde vas?- Saltó mi Madre secandose las manos para intentar detenerme.

-Sólo saldre un momento-

-¿A donde?-

-Volveré ¿Okey?- Dije cerrando la puerta detras de mi. Abri la cerca produciendo un leve chirrido y algo de atención ajena. Camine rapidamente rodeando mi casa, había salido con el fin de encontrar los escondites de mi hermana. A cada paso ne sentía observada de una manera amenazante asi que apure el paso volteando de vez en cuando, hasta que algo me detuvo haciéndome reaccionar con el arma en mis manos. Mis dedos presionaban suavemente el gatillo hacia la cabeza de un hombre, quizá no mas mayor que yo, llevaba un gorro negro y de alguna manera su rostro era dificil de examinar, tal vez por los escalofrios que recorrian mi cuerpo. Solo podia ver sus ojos, de aspecto siniestro y tentador. Su mano se acercaba lentamente a la mia en donde aun apuntaba a su cabeza.

-Tranquila-

-No me toques- Dije retrocediendo.

-No... No te hare daño-

-Pues ya vete- Dije enviando mi arma devuelta a su estuche. Dio un paso rodeandome mientras yo me movia sin darle la espalda, sus ojos no cesaban de examinarme, era extraño pero no sentia miedo sino que sentia... Compasión o lastima, algo parecido. Su rostro desaparecio entre las solitarias calles y seguí mi camino distraída. Una intervencion como esa era extraña, demasiado para ser real, ademas habia salido ilesa de un enfrentamiento cara a cara con menos de 2 metros de alejamiento.

Procedi a avanzar hasta poder ubicarme detras de mi casa intentando ver alguna pista que me llevara al refugio de la rebeldia de mi hermana. Y ahi estaba, era bastante obvio el lugar ya que lo escondian un par de arboles y arbustis viejos, una casa vieja y abandonada por supuesto. Una débil luz se anticipaba por uno de los agujeros de la pared donde tal vez se podia entrar. Mi arma permanecia cargada, lista para detener la amenaza del que intentara detenerme, pero no hubo ningún movimiento. Toque la pared de la cabaña, humeda y sucia y en ese momento en el que mi mano sintio el frio de la vieja madera unos susurros desesperados llenaron lo poco que mis oídos escuchaban.

-¿Quién esta ahí?- Dijo una vez recien madura, evidentemente de algun tonto adolescente y gracias a eso me dispuse a entrar.

-¿Quien eres tu?-

-Eso no les incumbe, bueno tal vez un poco- El casquete de un arma sono tan cerca mio que podia haber jurado que la sentia en mi cabeza, y quiza tenia razon.

-

Change for lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora