Las almas perdidas deambulan por el infierno, algunas vendieron su eternidad por amor, otros por dinero y la mayoría por estupideces superficiales, muchos piensan que el Inframundo no existe y hacen burlas referente a ello. Los demonios tocan las cornetas, los condenados claman súplicas para aligerar su miseria y comienza a llover el fuego. Cada uno cumple su condena como fue dictada y sufre lo que tiene que sufrir. El principe de las tinieblas ríe sin pudor, disfrutando cada maldito momento de desdicha que sus súbditos son obligados a cumplir.
—Mientras haya personas que sean dominadas por la avaricia, la codicia y la ambición, tendré quién me sirva por los siglos de los siglos- sonrió mostrando sus colmillos y recitó de una manera vulgar— Amén. Y se carcajeó fuertemente disfrutando la vista de su inmenso reino.
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Inframundo: Relatos demoniacos
HorrorHechizos y brujería. Hermosa portada por: @AnaPorras9