┋Prologo.

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Mi nombre es Uraraka Ochako tengo 17 años y acabo de entrar a mi tercer año en UA. Estoy viviendo sola en unos departamentos cerca de la academia, aunque mayormente me quedo en los dormitorios para ahorrar en el transporte. Soy una estudiante por lo cual aún no tengo trabajo. Tampoco tengo dinero del cual alardear con mis amigos, pero, aun así, tengo novio, lo volveré a repetir, tengo un novio.

—L-lo siento Uraraka-san pero...Hay alguien más que me gusta.

—¿A-ah..? —

—¡Me desecharon!, soy una miserable basurita para Deku-kun

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—¡Me desecharon!, soy una miserable basurita para Deku-kun.—Se quejaba la castaña sujetando esos dos mechones de cabello mas largos que los demás.—¡Y fue mi primer novio! Apenas y duramos un mes cerrado.—

No había dormido durante casi tres días, aquella lamentable noticia la había afectado tanto que inclusive había subido un par de kilos cosa que la hizo sentirse aún peor.

—Trate de hacer todo a mi alcance para que fuéramos una feliz pareja, pero de igual manera me boto.—Comenzó a hablar sola en su habitación dando vueltas en su cama la cual era solo un futón en el piso.

—Tal vez su nueva novia y el... ¡Ya lo han hecho!, esto es de lo peor es algo estimulante pensar en eso ¡pero no te andes emocionando Uraraka! —Grito para levantarse del piso y encaminarse hacia la cocina limpiando sus mejillas, redondas y húmedas por las lágrimas. Tomo asiento y comenzó a ver su teléfono, aun no lo pagaba, pero era mejor que el celular que tenia cuando iba en primer año.

—¿Un novio de alquiler? —Leyó en su teléfono, varios comentarios llamaron su atención "Impresionante su profesionalismo es como un sueño" "Excelente servicio" "Es algo demasiado bueno para aquellas que no tienen experiencia con chicos" lloriqueo un poco al leer eso de "experiencia" sintiéndose aun mas miserable, aunque la gota que colmo el vaso fue el imaginarse a Deku con su actual novia si es que tenía una ahora— A-ah..Ya no quiero seguir con esto...

•••

Nuevo amanecer, otro día para lamentarse de su vida, pero este no era el caso, la castaña estaba en el parque con una camiseta sencilla y unos pantalones cortos los cuales dejaban a la vista esas piernas que tenía, estaba con las mejillas mas rojas de lo normal y sus manos sudaban, miraba hacia todos los lados con aparente nerviosismo. Sus manos fueron a parar en uno de los bolsillos de su pantalón para tomar su teléfono y ver la hora. — Qué demonios estás haciendo Ochako...—

Aquellas preguntas salieron de su boca un tanto amargas, ¿por que estaba ahí?, ¿tan desesperada estaba o es que no podía olvidar a Midoriya y recurrió a una aplicación de citas?«¿Sera que acaso cada vez que me guste un chico será una triste experiencia?, además no es como si esta cosa fuera real de todos modos, debe tener muchas cosas falsas». pensó, quizás el estar en una relación con el chico peliverde la había transformado en una pesimista profesional.«Tal vez me este adelantando en esto pero...»

—¡Hey, tu la chica con la camiseta rosa!, y pantalones cortos. —

La de mirada chocolate se elevo y fue a dar con una figura masculina, se veía demasiado guapo, a decir verdad, pelo rubio, ojos color carmín y ese físico tan envidiable ¿le estaba hablando a ella verdad?

—Eres Uraraka, ¿verdad? —Maldición si ese chico no podía ser mas perfecto hasta que sonrió, esa dentadura totalmente blanca y con dientes perfectamente alineados. No pudo evitar mirar al piso sintiendo sus mejillas arder en su sonrojo, como podía aquel chico tan perfecto estar en una salida con ella que apenas y se arreglo con esos harapos que tenía por ropa.

—O-oh...Si, soy Uraraka Ochako, un gusto. —Saludo de manera torpe, estaba muriéndose de vergüenza ahí mismo, pero tenía que enfrentarlo ella lo había llamado y ahora debería dar cara a sus actos

—Me alegra, ¿vives por aquí? —Su voz ronca la hacia estremecer.—Es la primera vez que vengo a este lugar.—

—Entiendo...Y-yo podría guiarte.—

—Por favor, estaba un poco perdido.—

«¡Qué lindo Dios mío!» Dijo en sus pensamientos la fémina mirando el perfil del chico, una linda nariz respingada y una mandíbula bien marcada. —Hay una cafetería por aquí, podemos entrar

El rubio asintió y se encamino con la castaña hacia el lugar, en el transcurso no intercambiaron muchas palabras más que algunos datos como nombre o demás para poder comunicarse de manera más cómoda.

—Con que eres de tercer año al igual que yo, eso es interesante Uraraka.—Coloco el menú sobre la mesa y saco de su pantalón una billetera de un color ébano.

«Esto no parece para nada una cita falsa, su ropa, su estilo, todo lo de el resalta demasiado...Quien no querría ser su novia, cualquiera lo presumiría cada que tuviera la oportunidad». Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando este se hizo un poco hacia el frente dejando un pequeño hueco de su camiseta para ver aquellos marcados pectorales que en más de una ocasión la de mirada chocolate se detuvo a mirar de manera discreta obviamente se insultaba al darse cuenta de lo que hacía sintiéndose como una completa pervertida. «M-maldición mi corazón está en un descontrol total.» 

—El clima esta muy lindo ¿No crees? —

—Ah...Sí.—Suspiros, otra vez se sentía desanimada, que podría estar haciendo el peliverde justo ahora. Mirando a su nueva novia con la cual compartiría lindos momentos como con ella, a decir verdad, hubiera preferido quedarse en su casa comiendo un bote de helado como de costumbre mientras se ahogaba con su llanto.

—Cierto, aquí está el dinero Katsu-chan. —

El rubio solo agradeció, la miro con una mirada algo seria intentando descifrar que pasaba con aquella chica.

•••

—Uraraka, esta es la primera vez que veo un acuario, no sabia que fueran tan grandes. —La castaña solo lo miraba, un par de minutos más y volvería a su humilde morada a dormir para quejarse mañana.  —¿Deberíamos volver?

—Sí. —Asintió y comenzó a caminar en dirección a la estación para poder dejar al chico, el rubio se le acerco y en un rápido movimiento tomo su mano tomando por sorpresa a la sonrojada castaña que se tensó ante el contacto. —Seria descortés de mi parte dejar que te vayas sola a tu casa. Es peligroso ir tan tarde por ahí. —Sin duda era un chico perfecto.

—N-no, no, no, no te preocupes Katsu-chan, vivo a unos minutos de mi casa, s-solo déjame en la estación y de ahí puedo seguir yo, tranquilo. —Sonrió algo forzosa y no es que le molestara o incomodara el muchacho solo sentía que si estaba un segundo mas con el su corazón roto tendría a otra persona mas en su corazón, una persona inalcanzable cabe destacar. Su mano entrelazada a la suya se sentía tan bien, cálida y con un agarre firme pero suave contrario al peliverde que a mitad de camino olvidaba el gesto y Uraraka era la que tenia que sostenerle la mano para no soltarse entre ellos, con Katsu podría decir solo para si misma que era reconfortante, como si el jamás dejaría que estuviera sola, hasta ahora por supuesto, sintió como aflojaba el agarre y la miraba.—Espero nos veamos muy pronto Uraraka, fue divertido estar contigo.—

—S-sí...—

Solo pudo ver la espalda del chico marcharse a lo lejos, la noche era fría, pero sentía una extraña calidez en su mano, la llevo hasta su rostro y aspiro su aroma.

—Dulce...—


⇲❛Alquiler de noviosᔾDonde viven las historias. Descúbrelo ahora