El último campeón.

69 8 0
                                    

El cuarto campeón de la madre tierra surgió hace 65 millones años. Tanto en la Antártida como en Europa algunos dinosaurios fueron poseídos por un extraño ente, que les daba habilidades extras pero también los volvía demasiado agresivos. Cryo y Cheiru se encargaron de los animales, pero, sabiendo lo que pasaría, Gaia los envió a América del Norte, lugar donde sabia que se revelaría aquel ente en su forma verdadera. 

Antes de que sus campeones llegaran, le dio a una tiranosaurio rex el poder de generar fuego y resistir altas temperaturas, además de fuerza aumentada. Cuando Cryo, Cheiru y Demetrion llegaron a Norteamérica, se juntaron con Rexy y los cuatro combatieron a los dinosaurios poseídos por aquella fuerza de los cuales, el más poderoso fue un Alamosaurus poseído, el cual fue difícil de derrotar pero cuando por fin lograron hacerlo, aquel ser se manifestó. Una enorme ave de fuego, La Fuerza Fénix. Ninguno de los campeones sería capaz de vencerla, por lo que Gaia se manifestó y peleo ella misma contra aquella fuerza universal. Después de una dura batalla logro enviar a la fuerza Fénix al sol de un golpe, destruyéndola, pero la amenaza no se había terminado, como plan de reserva, aquella ave envío a un grupo de asteroides en curso de colisión con la tierra. Ni la madre tierra ni ninguno de los campeones tenía el poder de detener aquel impacto, por lo que Gaia creó un refugio bajo tierra, unas enormes cavernas, donde salvo a todas las criaturas posibles para evitar su extinción. Poco después de cerrar las entradas al refugio subterráneo, los meteoros llegaron a la tierra y el más grande de todos se estrello en la península de Yucatán, causando la extinción de los dinosaurios, al menos en la superficie. 

A pesar de haber sido derrotada, la fuerza Fénix hizo honor a su nombre, renaciendo después de haber sido destruida, pero eso sí, con solo la mitad del poder que alguna vez tubo y sin memorias. 

Origen de la tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora