-Donde se quiere estar-

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Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de Anila Kovaleva.

Advertencia: Headcanons. Pareja heterosexual.

-Donde se quiere estar-

Victoria es perfecta.

Eso es algo que Glam pensó desde el primer instante en que la vio devorar aquel hot dog con mostaza extra con tal fiereza que competiría contra un lobo.

Lo que cualquier persona buscaría como compañera de vida, o así lo veía dentro de su joven corazón enamorado.

No fue sencillo lograr entrar en su radar, mucho menos ser correspondido con la misma intensidad. Sabía que eso llevaba tiempo, como el componer una nueva canción.

Sin embargo, si había algo que lo caracterizó era el no rendirse cuando en verdad deseaba algo y... Bueno, esa testarudez fue gran parte de la causa por la cual ahora estaba casado con esa amenazante motociclista del hot dog y tenían dos adorables niños.

Oh, y Chez. Nunca debía olvidarlo también.

¿Podría pedir más?

Francamente ni pensaba sobre ello, estaba más que satisfecho con la vida que había elegido, con sus cosas buenas y mala, después de todo los tesoros siempre superaron a sus desgracias.

Con ello presente disfrutaba felizmente su día a día, como aquella mañana en la que se encontraba secando la cabellera naranja de su esposa, tratando de que terminaran de alistarse con rapidez.

Hoy era un día importante y no podían permitirse llegar tarde o muy desarreglados, por ello el rubio metalero se encontraba ayudando a su esposa con su cabellera, secándola rápidamente para así realizarle su acostumbrado peinado diario.

Algo sencillo y divertido para Glam, aunque lentamente tortuoso para Victoria.

— Ugh... ¿Glam, ya terminaste?

— Ya casi, Vicky.

La aludida suspiró pesadamente por enésima vez, perdieron su vista por todo el cuarto y conteniendo sus ganas de voltear brusco cada tanto por alguna distracción e ignoraba el frío de su cabellera mojada; era lo último que quedan por arreglar. El tacto del rubio era suave y cariñoso, mucho más de lo que cualquier estilista podría ofrecer.

Por eso él era el único que le permitía tocar su cabello, ya había roto la mandíbula de suficientes peluqueros y Glam tenía manos de princesa.

Aunque bueno, no es como si se lo arreglara muy seguido igualmente, pero se entendía el punto ¿No?

— Bah... No hace falta que luzca perfecto. – Insistió con un tono aburrido. No le gustaba estar quieta mucho tiempo. – Ni sé por qué secarlo, puede trenzarse igual ¿Quién lo notaría?

No creía llamar tanto la atención ¿O sí?

— Lo notaran, igual que en aquella reunión de padres y maestros ¿Lo recuerdas, Vicky? – Indicó con calma el guitarrista, aun muy concentrado en su labor.

Charlar era una muy buena idea para entretener a Victoria, así la espera terminaría más rápido para ella.

Especialmente si recordaba cierta reunión de maestras que terminó en desastre.

— Oh, sí. Visitar a esas gallinas fue divertido. –Una sonrisa diabólica nacía en sus labios de solo recordarlo. No sabía qué fue de ellas tras esa tarde, Heavy no volvió a mencionarlas ¿Tal vez las despidieron? Se lo merecían según su punto de vista, sin duda ¿Quiénes se creían para casi rapar a su hijo? – Me pregunto si debería llevar el martillo de nu-

-Donde se quiere estar- [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora