Nitroglicerina - Katsudeku/Dekukatsu

Capítulo 1

El sonido de sus pasos resono con intensidad por el pequeño pasillo. Katsuki Bakugou recorría el lugar con una tranquilidad perturbadora. En su rostro la serenidad era sobrenatural. Aunque la chica luciera tranquila y las expresiones en su rostro fueran más suaves que de costumbres cualquiera que pasará por su lado podía sentirlo. Una pesada aura asesina que la rodeaba desde hace días.

La última vez que la rubia estuvo en aquel sitio se dijo a sí misma que se tomaría su tiempo antes de volver. Puede que al final Deku no tuvo la oportunidad de decirle nada grave, más la precaución no estaba de sobra. Cómo la mujer de palabra que era, Bakugou espero con una casi inexistente paciencia antes de poner un pie en aquel edificio. Pero sobre todas las cosas había algo que la de ojos carmesí no se espero.

Se suponía que no iría al departamento de Deku ¡No que ese nerd la iba a ignorar por completo toda la semana!

¿Qué le sucedía al inútil?

¿Por qué repentinamente dejaría de enviar sus obstigantes mensajes diarios si Bakugou no le había dicho nada?

¿Dónde estaba su "¡Buenos Días Kacchan! Espero que tengas un día fabuloso!" y "Hola Kacchan ¿Cómo estás? ¿Ya comiste? ¿Cómo te fue en la facultad?"?

Katsuki no solo estaba confundida, eso era lo de menos, la empoderada femenina estaba enojada. Exigía una explicación a la falta de atención por parte de su amigo de la infancia, pues con esa actitud tan rara solo lograba una cosa ¡Preocuparla! Ya tenía suficientes cosas en las que ocuparse como para pensar porque el cabello de brócoli no estaba siendo tan empalagoso como siempre. Esperaba que el nerd se estuviera muriendo, necesitaba una buena razón para que ella misma no  lo matara por ocupar tanto tiempo los pensamientos en su cabeza.

Por un momento pudo creer que quizás Deku se dio cuenta que ella nunca le seguiría en esas estupideces, por ende jamás le iba a contestar esos mensajes tan ñoños. Luego Katsuki recordo que luego de tantos años y con lo terco que era su amigo de la infancia era imposible y completamente absurdo siquiera pensar en la posibilidad. Probablemente si la rubia fuese de una personalidad más abierta como la de los demás extras que conocía habría podido hablar con alguien sobre sus sentimientos de preocupación o quizás podría haber visitado a Midoriya desde antes para saber qué sucedía. Contrario a ello, ella era Bakugou Katsuki y tenía una reputación que cuidar, no era una perdedora que se dejaba llevar por estupideces. Así que solo trataría de ignorar lo que sea que esté pasando y esperar a que el pecoso vuelva a ser el mismo y listo.

Por ahora, solo para asegurarse que sigue con vida se pasaría por el departamento sin dar razón ni preguntas.

Ya parada frente a la puerta del departamento tomo la llave de emergencias que los dueños frikis del lugar escondían en la parte superior del marco de la puerta, y con ella abrió y paso sin más.

Ya dentro actuó como siempre. Se paseo por la casa como si fuese dueña del lugar y con cero discreción observo cada detalle. Desde la televisión encendida hasta las mantas dobladas sobre el sillón. No tuvo mucho tiempo para pensar en la razón por la cual las sábanas que Izuku usaba cada vez que ella se quedaba a dormir seguirían en ese lugar. Decidió no darle importancia al asunto.

De la cocina llegaba a sus fosas nasales un olor muy reconocido para ella. La nostalgia la invadio por un segundo al reconocer el aroma característico de la familiar receta de katsudon que la señora Inko les preparaba en la infancia. También recordó con vagueza cuando Deku le dijo que si mamá le enviaría las recetas pero no espero que supiera prepararlo bien en realidad.

Pensando que el Peli-verde debía encontrarse en aquel lugar se dirigió dispuesta a averiguar la causa a la falta de mensajes en su teléfono, cuando la puerta que tenía un horrorizó póster de All Might se abrió dejando salir a cierto pecoso nerd.