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Así que, cuando el niño estaba riéndose y muy cerca de mí, me volteé, le grité 'YA DÉJAME EN PAZ' y le dí una patada en el estómago potente que le sacó el aire y lágrimas.

Luego lo tomé por los hombros y lo aventé contra una ventana cercana que casi se rompe a no ser de que tenía barrotes.

Esto pasó durante el receso (recreo, descanso, etc.) así que algunos gritaron, todos tenían cara de shook y el niño este se puso a llorar.

Y yo estaba feliz de que toda mi ira se haya ido, ese niño se lo merecía.

Y yo estaba feliz de que toda mi ira se haya ido, ese niño se lo merecía

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