Capitulo 8: Todo lo bueno comienza con A

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Las hojas de los árboles se veían más verdes que cuando llegue al parque hace 2 horas, el cielo se veía más azul, comencé a oír el canto de los pájaros, incluso sentia que yo misma había cambiado, me sentia renovada.
Me puse de pie y comence a caminar admirando toda la naturaleza a mi alrededor, mire mi reloj y me percate de que ya eran 10:39 así que corri a la parada de autobús y tome el primero. El camión estaba lleno, solo había un asiento casi al final, camine entre la gente y justo antes de llegar al lugar una señora bien gorda de sienta, "bueno no importa" pense pero al parecer alguien notó el acto injusto de la señora y se paró de su asiento para cederme su lugar, era un chico que iba alado de la "señora ladrona de lugares", y aparte de caballeroso era super apuesto, tenía los ojos más verdes que en mi vida había visto, su cabello era de un tono castaño perfectamente combinado con el resto de su rostro y sus labios, ¡oh, por dios! Sus labios eran perfectos, y acompañados de sus blanquísimos dientes formaron la sonrisa más linda que podría imaginar, con solo verlo por un segundo ya me estaba derritiendo
-siéntate- me dijo con la voz más dulce del mundo
-no enserio estoy bien, pero gracias- dije algo tímida
-no dudo que estés bien, solo intentó hacer mi buena acción del día, y cederle mi asiento a una chava tan linda creo que hasta vale por dos- okey me derritoooooo...
-bueno está bien pero solo lo hago porque voy a hacer mi buena acción del día al dejarte hacer tu buena acción del día- tomé asiento y me quede observándolo.
Llegue a mi parada y me levanté de mi lugar
-muchas gracias por el acto de caballerosidad, que tengas un buen día
-claro que tendré un buen día pero solo si tu me dices tu nombre- no podía creer lo atrevido que era, así que para no quedarme como una tonta me acerque a el y le dije
-Amy, y el tuyo?- le extendí mi mano para estrecharla
-Adrian- la tomo y la beso, como ese salido que hacen los príncipes en las películas- supongo que es cierto que todo lo bueno comienza con A- Ay por Dios!
-si, supongo que si, muy bien Adrian pues un gusto conocerte, ojalá nos volvamos a ver- quite mi mano y me di la vuelta
-cuenta con eso- WOW que acababa de pasar, yo, Amy Rose acababa de coquetear con alguien? Okey creo que algo me esta pasando no estoy segura de que es pero sea lo que sea me gusta y me encanta sentirme así.

Baje del autobús, que me dejo justo enfrente del Starbucks. Entré al local y pedí un frapucinno de chocolate con crema batida y chispas de chocolate encima, como lo pueden notar me gusta el chocolate, subí las escaleras y me senté en un sillón color violeta. De repente mi celular sonó

Nicole_:3

Ya estoy estacionando mi carro, pídeme un late de soya porfa y mil perdones por la tardanza:)

Vi el mensaje y enseguida fui a pedir la bebida de Nicole, regrese a mi asiento y comencé a pensar en el cambio tan drástico de mis emociones en esta mañana sólo quería olvidar a mis amigas y a Jack y al resto del mundo y enfocarme en Alex nunca me imagine sentir algo por el pero quien sabe, todo puede pasar.
El caminar de unos tacones negros número 15 me hizo volver a la realidad:
-hola, que gusto conocerte- dijo Nicole, en realidad si era toda una zorra o al menos parecía una, su cabello teñido de rubio hasta la espalda baja, perfectamente arreglado con un broche púrpura que combinaba con su llamativo maquillaje y su outfit: una minifalda de cuero morada, con medias negras, un top negro extremadamente ajustado (aunque en su cuerpo se veía bastante bien), una chaqueta a juego con la falda y sus ya mencionados altísimos tacones.
Mi atuendo, una camiseta con un suéter encima combinado con unos vaqueros y unos botines del mismo tono de gris que el suéter. Creo que teníamos estilos muy diferentes.

-hola-conteste algo tímida
-muchas gracias por hacerme este grandísimo favor y no te preocupes por tu cambio de imagen, quedarás genial
-gracias, bueno que te parece sí empezamos con matemáticas
-me parece perfecto.
Comenzamos a estudiar y pude notar que el problema de Nicole era que era distraída pero muy inteligente, así que decidí enseñarle en su propio idioma
-mira imaginalo así, si en una tienda ves unos zapatos que cuestan 400, pero tienen el 50% de descuento, y un vestido que es de 300 pero con el 25% de descuento, ¿cual de los dos es más caro?
-el vestido, porque el total de los zapatos sería de 200 y el vestido de 225
-exacto! Ya ves no era tan difícil después de todo
-wow, tienes razón creo que tendré oportunidad de pasar el examen. Pero bueno, creo que ya estudiamos suficiente por hoy, ahora hay que encargarnos de ti.
-claro, te sigo
Tomamos nuestras bebidas y cruzamos el centro comercial hasta llegar a una tienda con un gran letrero, el cual hubiera alcanzado a leer de no ser por que la espalda de alguien se cruzó en mi camino haciendo que cayeran mis gafas y provocando que derramara mi vaso y nos empapara a ambos.
-disculpa no te vi- dije mientras buscaba mis lentes en el suelo
-¿buscas estos?- esa voz! -se parecen mucho a los que estaba usando la bella chica que conocí en el autobús hace un rato...- voltee hacia arriba y vi a Adrian con mis lentes en su mano y una gran mancha café en su camisa, que vergüenza!
-si, esos son mios- dije mientras me levantaba del suelo- podrías dármelos?- dije con timidez
-Mmm... podría, si me dices porque usas estos feos anteojos, que ocultan tus ojos tan hermosos- Dios mio me derrito otra vez!
-me gustan mis gafas- dije al momento que acercaba mi mano a la suya para quitárselas
-bueno, si ese es el caso, permiteme- abrió los lentes y los colocó suavemente en mi rostro a la vez que se acercaba a mi, estábamos a centímetros el uno del otro.
-perfecto- dijo mirándome directo a los ojos y acariciando mi mejilla, la cual puedo adivinar que estaba roja a reventar.
-gracias- escuché como alguien carraspeaba -oh, cierto, ella es Nicole, Nicole el es Adrian- dije mientras hacía los debidos ademanes, se saludaron con un apreton de manos y apesar de lo provocativa que estaba ella, pude notar como en la mirada de Adrian no había ni una sola gota de perversión, era calida y tierna, por Dios, ¡era perfecto!

Guía para aprender a ser una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora