Un sonido ensordecedor junto un movimiento brusco del suelo la hizo caer, casi de inmediato se puso de pie, su mirada se dirigió a una lata de pintura color rojo que se había derramado por el temblor de hace unos segundos atrás, la pintura se corrió...
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Pasaron dos años, Liesel por fin pudo adaptarse al tema de convivir con muchas más personas además de que había hecho muy buenas amistades como la de Mikasa, Armin y Eren, pero, por ese último había desarrollado sentimientos muy extraños que estaban fuera de su entendimiento, cada que la albina pasaba tiempo con el joven de ojos verdes por alguna razón sentía nervios y sentía revoloteos en su estómago, como si tuviera cien o incluso más mariposas dentro de ella.
Después de un día agotador el instructor les dió el resto del día libre, ella decidió aprovechar ese tiempo para poder pintar el bonito cielo que comenzaba a teñirse de una gran variedad de tonos cálidos, elaboró un lienzo como estaba acostumbrada y saco las pinturas y brochas que había comprado una ocasión en el pueblo. La joven aspiró el aire fresco y se deleitó con el bello canto de los pájaros que se encontraban por allí.
???-Hola-
Aquella voz hizo que la fémina se tensara de pies a cabeza y su respiración momentáneamente fuera un desastre.
Liesel-E...Eren ¿Qué haces aquí?- Eren-Vine a acompañarte un rato, te veía muy sola-
El castaño mostró una sonrisa muy radiante, el corazón de la albina empezó a latir con más intensidad que incluso pensaba que este explotaría.
Eren-¿Qué es lo que haces?-
Preguntó echando un vistazo al lienzo.
Liesel-Yo...estaba pintando el atardecer- Eren-Se ve hermoso-
El chico se quedó sorprendido por la habilidad de la muchacha.
Liesel-¿Tu crees?-
Cuestionó dirigiendo su vista de nueva cuenta a la pintura.
Eren-Si lo creo, eres talentosa, Liesel- Liesel-Gracias por el cumplido-
Respondió tratando de ocultar su nerviosismo. Continuó con lo suyo mientras Eren contemplaba todos sus movimientos.
Liesel-He terminado justo a tiempo, después lo perfeccionaré-
El sol ya se estaba ocultando, la mujer sonrió de oreja a oreja complacida por el avance y pasó una de sus manos por su mejilla.
Eren-Liesel-
Llamó la atención de su acompañante.
Liesel-Di...me-
Él se había acercado demasiado y definitivamente el control que Liesel tenía sobre sus nervios se fue por el caño, sus piernas de un momento a otro parecían gelatina y su rostro fue enrojeciendo, intentaba a hablar pero no podía, las palabras no salían de sus labios. El muchacho puso su mano sobre la cara de la albina y le acarició con su pulgar.
