Fuerza al seguir

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Con forme paso el tiempo se descubrió que había una forma en la ya no solo las mujeres, sino también los hombres contaran con un útero, para la sociedad fue una de las sorpresas más grandes que cambiaría al mundo. Para muchos de la sociedad fue aceptada como otros tuvieron que aceptarlo, aunque no todos lo vieron de la mejor manera, pues muchos consideraban una repulsivo este hecho.

A pesar de ser un descubrimiento tan grande no todo fue color de rosa, entre más se investigaba este hecho se llegaban nueva información, que un hombre contara con un útero total mente funcional no quería decir que la persona fuera capaz de concebir, llegado incluso a tener un bajo porcentaje de embarazo.

Con cada minuto que pasaba su ansiedad iba en aumento, contener su impulso de tomar aquella prueba de embarazo, lo estaba volviendo loco. Sus deseos de ver y tener la sorpresa de ver dos líneas, asían que su corazón fuera a mil por hora.

- ¿Shinobu? ¿Está todo bien? - llamo del otro lado Miyagi - si necesitas que entre -

- ¡No!... Espera saldré en un momento - con temor tomo entre sus manos aquella prueba aun con sus ojos cerrados - por favor que sea positivo que sea positivo.

Del otro lado de la puerta Miyagi caminaba de un lado a otro, deseando muy en sus adentro que esta vez por fin tengan una buena noticia.

El ruido de la puerta abriéndose lo saco de sus pensamientos, no tuvo que ser un genio para saber que aquella prueba marcaba un resultado para nada aceptado.

- De nuevo... de nuevo ¡Ese maldito negativo volvió a aparecer! - sin pensarlo Miyagi sin pensarlo se lanzó asía su amado envolviéndolo en un abrazo.

Las lágrimas y sollozos no se hicieron de esperar, Miyagi no podía más que acariciar su cabeza, ser de nuevo el soporte de su rubio su consuelo, aun cuando la impotencia lo invadiera debía ser fuerte, ante todo, poco a poco Shinobu disminuía su llanto su cuerpo aún continuaba temblando, ante ello el pelinegro lo cargo al estilo princesa, yendo hasta su habitación.

- ¿Qué haces? - dijo desganado.

- Dejemos de pensar en todo por un momento y vallamos a dormir -

- Debes ir a trabajar y yo también -menciono con amargura sabiendo que a pesar de todo tendrían que ir a trabajar.

- No tendré clases hasta en la tarde, además... - apenas recostó a su rubio tomo entre sus manos el rostro lloroso y sonrojado, plantando a si un beso que fue más que correspondido - no puedo irme y dejar que pases esto solo, como también no quiero que nadie vea tus lágrimas, nadie más puede hacerlo y de ello me encargare.

- No viejo por favor, no estoy de humor - respondió molesto tratando de apartar a su pareja.

Ignorando el rechazo de su pareja comenzó a repartir pequeños y tiernos besos al rededor del delicado rostro del rubio, mientras deslizaba sus manos debajo de la delgada playera, a cada caricia, cada tacto a su piel erizándolo de los pies a la cabeza, poco a poco desviando su mente asía otra dirección, perdiendo ante cada roce.
A pesar de querer negarse su estado de ánimo no se lo permitía, necesitaba la atención de su pareja, sus ánimos estaban por los suelos, apenas podía pensar en aquella prueba.

Prenda tras prenda eran esparcidas alrededor de la alcoba, el sonido de jadeos acompañados de gemidos comenzó a ser la compañía de ambos, apenas con ligeros roces entre ello, Miyagi contenía con todas sus fuerzas hacer de Shinobu suyo, con solo sentir las manos sobre su miembro sin negar que su amado se había vuelto muy hábil con las manos. Aun cuando él se negará su cuerpo comenzaba actuar, solo sentir las carias de Miyagi sobre todo su cuerpo mientras su entrada era preparada, a cada lagrima de dolor habían sido remplazadas con placer.

SEKAIICHI JUNJOU HATSUKOI ROMANTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora