ϲυєѕτιόи 18

299 50 20
                                    

"ѕοѕρєϲнα."

La mañana comenzaba de manera tranquila, a diferencia de días pasados, esa mañana las náuseas parecían inexistentes, de manera perezosa se puso de pie, miro a un lado de la enorme cama, Tengen dormía de manera tranquila en el suelo, el sentimiento de culpa por su petición la noche pasada lo hizo ponerse de cuclillas para despertar al peliblanco y dejar que durmiera en la cama por un par de horas más.

- Uzui, ve a la cama, te dolerá el cuerpo-, un quejido fue toda la respuesta que el rubio obtuvo, removiendo algunos mechones del rostro de su pareja, el rubio intento despertarlo una vez más.

Tengen se removió al sentir que alguien picaba con insistencia su mejilla, abriendo un poco los ojos vio a Zenitsu, el rubio estaba a su lado, sin que su pareja se esperase algun movimiento por su parte jalo un poco su mano, Zenitsu termino entre los brazos de Uzui, quien se aferro al rubio quien se quejaba y pataleaba en un intentó de zafarse de el sofocante abrazo.

- Suéltame, me ahogas-, el rubio se quejó, Uzui sonrió al ver como su pareja dejaba de luchar, dejando un beso en su frente lo miró.

- Buenos días lindo, ¿dormiste bien?-, el rubio asintió, por un momento los dos se quedaron en silencio, Zenitsu apretaba entre sus manos la pijama de su pareja, Uzui de inmediato se percató de que algo le pasaba al rubio.

- ¿todo bien cariño?, ¿pasa algo?- Zenitsu negó, pegando su oido al fornido pecho de su pareja suspiró, el latido de Tengen siempre lo tranquilizaba, no importaba que tan nervioso o asustado estuviera, siempre que buscaba refugió en los brazos de Uzui y escuchaba su corazón se sentía mejor, era por eso que el rubio habia tomado una importante decisión.

La pareja permaneció abrazada hasta que la alarma de el despertador sono, ambos se prepararon para comenzar su día, cuando salieron de la habitación para preparar el desayuno, se toparon con la sorpresa de que Jigoro ya lo había hecho.

Zenitsu se relamió los labios, el olor de la comida le habia abierto el apetito, por eso cuando tuvo la oportunidad de llevar algo de comida a su boca no dudo en hacerlo Jigoro y Tengen solo veian al rubio devorar lo que habia en su plato, eso hasta que paro abruptamente.

Tanto el anciano como peliblanco solo pudieron ver como Zenitsu se levantaba de golpe y salia corriendo en dirección al baño, cuando regresó los dos se preocuparon al verlo tan pálido como el papel.

- Zenitsu, mi niño, ¿te sientes mal?-, el rubio negó, respiro profundo, el mareo aun seguía presente, Zenitsu comenzaba a preguntarse si su bebé odiaba que comiera.

- Mi niño no te ves bien, deberías ir al médico.
- Iré por la tarde abuelo, no te preocupes.

El anciano asintió, miro a su nieto por un largo tiempo, examinó con cuidado al rubio, sobre todo cuando su nieto se quejo de estar mareado y no querer comer nada, la ligera sospecha de lo que pasaba llego a su mente, si lo que pensaba era posible ahora si mataría al peliblanco.

ℰ𝓃 𝒸𝓊ℯ𝓈𝓉𝒾ℴ𝓃ℯ𝓈 𝒹ℯ𝓁 𝒶𝓂ℴ𝓇.      Donde viven las historias. Descúbrelo ahora