[𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 1]
Era un día más para el rey Min Seung Kwan viendo desde el balcón de su habitación como la capital despertaba con la salida del sol. Hoy no era un día cualquier, hoy volvían sus guerreros, sus Hwarang después de estar tres largos meses fuera de la capital trás que los reinos del norte les declaran la guerra, su deber era proteger al reino como tal.
Una de las sirvientas del palacio con cierto temor golpeaba la puerta del rey, el eres conocido por tener un carácter de perro, un ser sin sentimientos, dicen que el no tiene corazón ya que al mínimo error puede mandar a cortar tu cabeza.
— Disculpa,su majestad.— dijo la muchacha con la mirada agachada asomándose por la puerta.
— ¿Que sucede,Soo?.— dijo sin ni siquiera voltear.—
— Le vengo a informar que los Hwarang están por llegar, su majestad.— dijo manteniendo su postura anterior a un costado de la puerta.—
— Está bien Soo, puedes retirarte.— dijo Seung volteando seriamente mientras mirada amenazante a la muchacha.—
— C-con su permiso, majestad.— dijo con rapidez haciendo una leve reverencia para poder salir casi escapando de la habitación.—
Un suspiro por parte del pelirubio se escuchó en la habitación, se dirigió a su espejo arreglando su traje por última vez tomando su espalda para colarla en su cintura. Se miró por un instante viendo su cicatriz, esa cicatriz que tenía desde que nació, aún recordaba como su padre no quería que el fuera rey por esa cicatriz de mierda como lo llamaba el, no tubo otra opción que nombrarlo rey o bueno no tuvo opción ya que lo mataron en su último combate con el reino del Sur.
Movió su cabeza hacia los costados negándose para luego mirarse por última vez y salir de su habitación, por donde pasa sus sirvientes lo recibían con una reverencia. Una vez afuera del palacio tomo aire fresco cerrando sus ojos, se dirigió a su trono sentándose en el mientras escucha los gritos de la gente a su alrededor anunciando la llegada de los Hwarang.
Minho, su criado más leal que a tenido en sus años de reinado. Se colocó a su costado esperando una mínima señal de su majestad para comenzar a la ceremonia.
Min Seung al ver que todos sus Hwarang termina de formarse hace un movimiento de mano hacia Minho sin despejar la vista del frente.
— Al ver la señal de su majestad no espero más, aclaro su garganta comenzando a hablar.— ¡Estamos aquí reunidos para honrar la llegada de nuestros Hwarang!.— anunció para luego escuchar los gritos de alegría de la capital.— ¡Luego de tres meses han vuelto a casa demostrando que no nos pueden derrotar!.— grito levantando su brazo en forma de honor.— ¡Hwarang bienvenidos a casa!.— digo para luego hacer una reverencia.—
—¡Gracias señor!.— gritaron todos juntos para luego hacer una reverencia y mantener su vista al frente.—
Pero uno de ellos no logró hablar como todos sus compañeros, sin poder evitarlo llevo sus manos hasta su abdomen haciendo presión, en la última batalla había digo mal herido, el pensó que no era tan grave pero con el paso de los días iba empeorando.
Creyó que había paso discreto como durante todos los días de viaje que llevaba, pero antes los ojos de Min Seung no lo había logrado, el mencionado llevaba observándolo un buen rato no tan solo por su extraña actitud que lleva durante toda la ceremonia si no también por el hecho que había algo que llama su atención. Sin más el rey se levantó de su trono desconcertando a todo en el momento.— Minho campaña me.— sentenció Seung con su tono de voz más frío que el hielo mismo.—
— Si,su majestad.— dijo el muchacho yendo detrás de su rey sin comprender el porque de su actitud, en ninguna ceremonia anterior había ocurrido esto.—
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𝑯𝒐𝒑𝒆 𝑨𝒏𝒅 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒚 𝑼𝒏𝒊𝒕𝒆𝒅 𝑼𝒔(TaeGi)
AléatoireUno de los reinos más grandes de Corea, es gobernado por el rey Min Seung Kwan, conocido como el rey más serio jamás visto en la historia nunca lo han visto sonreír ni en lo más mínimo. Pero a través de los años de su gobierno conoció a un ser que a...