P R Ó L O G O

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Ella toda su niñez la vivió encerrada, sin conocer a nadie más que no fuera papá y mamá, siempre sintió muchos signos de preguntas armarse dentro de su ser, y cuando el sufrimiento dió con su alma vulnerable no supo hacía donde huir con tanto dolor. Es así como un día decide cambiarlo todo sin saber si era una buena o una mala decisión. Lo único que sabía era que no quería mirar nunca hacía atrás, que todo lo que la rodeaba no la identificaba ni la ayudaba. De un día a otro, con una acumulación grande de dolor, finalmente toma la decisión de poner su propio mundo de cabeza y avanzar en un nuevo planeta lleno de preguntas sin respuestas, sentimientos nuevos, vicios y descontrol...Lo que siempre le habían prohibido, finalmente aparecía entre sus manos, al alcance para que pudiese investigarlo a gusto. El poder de decisión se encontraba en ella, y no en las figura paterna o materna que habían controlado su vida hasta ese momento. Era ella ahora la que decidía de qué forma viviría su vida y qué haría con todo lo que sentía ¿Ceder? ¿Ignorar? ¿Encontrar/se? ¿Qué era aquello que brotaba de su ser con tanta fuerza y le pedía a gritos que saliera de donde se encontraba? ¿Quién era aquella niña que lloraba y se encontraba enjaulada dentro de su cabeza cada que cruzaba el umbral de la puerta en esa terrorífica y gigante casona...? ¿Por qué, algo en ella, sabía que no encajaba y que nunca lo haría? Que era...Diferente, y que, lo que venía la convertiría lo que realmente ella era.

La persona que alguna vez fue moriría durante la noche para, en el amanecer, renacer de entre las cenizas, con una nueva personalidad que derrumbaría cada muro, prejuicio, o persona que se interpusiera a su investigación y por su emoción a la vida, a lo nuevo, a lo diferente, a aquello que ella realmente sentía propio. Decidió usar ese nombre que tanto odiaba en su Documento de Identidad Nacional, ese que siempre evitaba mencionar cuando le preguntaban cómo se llamaba, ese que la hacía enojar o ponerse berrinchuda cada vez que la llamaban. Decidió que, en vez de odiar ese nombre, buscaría la forma de darle un significado tan, pero tan hermoso que solo le quede la opción de amarlo, de amarlo y de amarse, de encontrarlo y encontrarse. Porque ella, y lo sabrán con el paso de esta historia, siente en demasía, y las cosas o tienen un verdadero significado, o, no tienen ninguno en su vida.

Pero como en todas las historias, siempre hay un nudo que resolver, cuando finalmente se va de casa de sus padres se encuentra con una cárcel aún peor, una que reside dentro de su pulmón, en el lóbulo superior izquierdo exactamente. Y esa cárcel, que va creciendo o achicándose dependiendo de cuánto sufra o cuanto haga, la condicionarán, con múltiples síntomas, momentáneamente a parar, a pensar y a dimensionar la verdad en ella misma, esa que tanto estaba buscando. A dimensionar lo que realmente quiere para su vida, y todo lo que había pasado...A mirar...Hacía atrás, siendo, que siempre había elegido, mirar hacía adelante, pasando incontables baches, incontables dolores, desamores, tristezas, alegrías, borracheras, bailes, amistades, trabajos...Toda una vida.

Una vida, que ella, cuando le dijeron que tenía que ceder a una enfermedad, decidió simplemente continuar. Continuar con una naturalidad que asombraba y asustaba a todos los demás. Siempre fue cuestionada, siempre fue señalada por la forma de vivir que tenía, porque así siempre parecía que no le importaba tener un tumor maligno acechando cada uno de sus pasos. Pero ella, jamás lo vio como un enemigo, sino, como su nuevo mejor amigo.

—Tenemos dos opciones.— Dijo la neumóloga, tomando una posición un poco frontal e intentando mantener la dulzura. Frente a ella, la pequeña paciente y su acompañante, ya un poco mayor para recibir noticias así. Debía de tener cuidado y tacto con cualquier cosa que dijera para ambas.—Operar con un porcentaje bajo de supervivencia y deshacernos de él, o la quimioterapia sin un tiempo determinado, sabiendo que muy probablemente vuelva.—

—Quimioterapia.—

—Operación.—

Las dos habían hablado al unísono, su abuela y ella. Tanto la mujer mayor como todos los médicos y especialistas en imágenes presentes, quitaron su vista de la tomografía computada en la pantalla grande de la sala y voltearon a verlas por la diferencia en la decisión. Se avecinaba una discusión, pero la pequeña niña ya había tomado una decisión frente a ello. Lo había soñado la noche anterior, y ya sabía qué debía decir.

—Te vas a operar, y eso no se discute, de esa forma todo terminará más rápido.— Dijo, exaltada por mi respuesta y la neutralidad de mi rostro al ver que todos se preocupaban por mi respuesta, pero yo ya la tenía resuelta, y desde hacía mucho.

—No quiero quitármelo. Viviré con él y con todo lo que eso significa. Tampoco quiero que me den calmantes, quiero vivir la quimioterapia con el dolor que ella significa. Y no está a discusión.

Todos en la sala se habían quedado con la boca abierta frente a la determinación que demostraron sus palabras. Eran declaraciones propias de un paciente de una edad muy avanzada y ya sin nada que perder...Sin embargo, provenían de una pequeña niña que siquiera sabía lo que podía llegar a vivir, no sabía lo que le deparaba la vida, pero si había algo que realmente tenía en claro, y es que todo llega por alguna razón, y si ese tumor llegó a posarse tan cerca de su corazón, era por algo en especial, o al menos, ella así lo sentía. Con un solo número en su edad, peleó con toda su familia, argumentó frente a los médicos especializados de los hospitales más prestigiosos de las fuerzas armadas en su país, y nadie pudo jamás contradecir lo que ella quería llevar a cabo con su enfermedad. Habían cedido.

Ella vencería el cáncer teniendo quimioterapia diaria, sin calmantes, y siendo acompañada por ella misma (Y su fiel compañero, Toti, un peluche que un día encontró y adoptó). Porque también había decidido que nadie más que un solo enfermero entraría a su sala de quimioterapia, porque a ella jamás podría gustarle estar acompañada por otra persona...¿O...Si?

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⏰ Última actualización: Jul 26, 2023 ⏰

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𝐄𝐥 𝐂á𝐧𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐧𝐨 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora